¡Qué duda cabe que los sistemas ERP (Enterprise Resource Planning) son un súper nicho de negocios! Todas las empresas necesitan uno, mejor o peor, pero requieren uno a riesgo de que puedan quedar varadas en el camino por ineficiencias, derivadas de prescindir de uno u optar por procesos manuales. Los números no mienten. Al respecto, según Statista 2020, el 2022 se estima que el tamaño del negocio en el mundo de los ERP será de unos 86 mil millones de dólares. Increíble cifra, superior al presupuesto del país.
En Chile y la Región latinoamericana esto no es muy diferente, solo el tamaño del negocio es proporcional al tamaño de la región, pero la singularidad está en que la oferta está fuertemente diversificada, respondiendo a los tamaños de las organizaciones. En la década del 90, la propuesta era muy restringida, o desarrollos a medida para un proceso en particular, por ejemplo, cuentas por cobrar y conciliación bancaria o derechamente ir a los grandes World Class. Los sistemas de clase mundial, como se les conoció popularmente, tomaron el mercado chileno, donde su oferta comercial fue venta de licencias por módulos, siendo éstos los que resolvían el proceso que el cliente buscaba automatizar.
Hoy, con el progreso de los profesionales de las universidades en Chile hay muchos talentos creando nuevos ERP, cuyo modelo de negocio es SaaS; sin discusión, a precios para todos los tamaños de empresas. El mercado chileno, en particular, dejó de estar encerrado en elegir uno de los grandes, pagando muchas veces fortunas. Actualmente existe más donde elegir a precios absolutamente accequibles para una pyme. Y aunque novedades en cuanto a procesos embebidos o soportados por la oferta ERP no hay, ya que los procesos siguen siendo los mismos, sí se requiere que se adapten a las nuevas exigencias de la legislación y factura electrónica. Las tecnologías que permiten integraciones en tiempo real con bancos y servicios de impuestos son cada vez más más una evolución que da velocidad a la gestión de las empresas.
Así, el nicho de los ERP, probablemente, seguirá muy vivo y productivo por mucho tiempo. Lo importante es que, al momento de optar por uno, se busque el que agregue y genere más valor. Nunca hay que renovar por renovar, sino buscar uno que se ajuste a las necesidades empresariales que esté dentro del presupuesto que se tiene y que tenga un ROI conveniente. Se trata de un desafío donde la marca de la plataforma importa poco. Mejor es que funcione bien.
