Hay muchas razones por las que los proyectos se quedan atascados en el purgatorio del pilotaje, pero hay principalmente tres; la falta de propósito, la tentación de construir desde cero y la falta de alineación entre los stakeholders.
Todos los líderes empresariales han oído la leyenda de la idea fallida. Cada historia es un poco diferente, pero la trama básica es la misma: una empresa invierte dinero, tiempo, tecnología y poder mental el próximo gran proyecto, sólo para que fracase cuando llega al mercado. Estos fracasos son dolorosos.
Proyectos que quedan atascados
Pero hay otra historia que se desarrolla más silenciosamente en las grandes empresas: la tragedia del proyecto de innovación sin futuro. Los proyectos piloto que languidecen en el purgatorio en algún lugar entre un concepto y un pilotaje esperando el día en que puedan avanzar. Para algunos proyectos piloto, ese día nunca llegará. El impacto es menos obvio, pero igual de devastador. Estos proyectos no sólo agotan el capital y obstaculizan el crecimiento, sino que pueden aplastar el espíritu de los mejores y más brillantes talentos.
Hay muchas razones por las que los proyectos se quedan atascados en el purgatorio del pilotaje, pero hay principalmente tres. La primera es la falta de propósito. Es vital comprender y precisar los objetivos de cada proyecto piloto para poder diseñar el enfoque adecuado. Es posible que este proceso ayude a crear proyectos piloto más sencillos y centrados, y que algunos supuestos críticos puedan ser probados o refutados antes de comprometerse con una inversión mayor.
Este enfoque también proporcionará un conjunto completo de indicadores clave de rendimiento (KPI) para poder entender realmente cómo y dónde está funcionando cada proyecto piloto. Esto puede ayudar a alejarse de un binario excesivamente simplista de un piloto «exitoso» o «fallido» y permitirá un enfoque iterativo en el que se evolucionará y ajustará el piloto a lo largo del proceso.
Otro factor que contribuye al purgatorio del piloto es la tentación de construir desde cero. Cuando un piloto requiere desarrollar algo que está fuera de la competencia principal de la empresa, el trabajo con el ecosistema es clave. Cuando se diseña bien, el enfoque de asociación puede ayudar a aprender más rápido. Unir fuerzas con una empresa que tenga experiencia en un espacio concreto también puede permitir a las organizaciones ampliar sus producto o servicios con mayor facilidad y rapidez. Sin embargo, para esto es importante estructurar la relación para garantizar un equilibrio entre los incentivos y los riesgos de ambas partes, y establecer un proceso de asociación por etapas para que el nivel de participación se ajuste a la escala del proyecto piloto.
Incorporar en el proceso
La tercera razón que lleva al purgatorio del pilotaje es la falta de alineación entre los stakeholders. Muchas veces las partes interesadas no ven cómo la idea encaja en los objetivos de crecimiento de la organización o les preocupa que afecte una parte existente del negocio. Y a veces las preocupaciones son aún más profundas: La gente no está convencida de que la idea vaya a funcionar y tiene demasiado miedo al fracaso como para sacarla adelante. Estos malentendidos pueden mitigarse definiendo claramente el objetivo del proyecto piloto y el camino hacia la ampliación.
Una vez que se tenga claro lo que quiere conseguir y a quién se debe involucrar, es necesario incorporar los stakeholders en todo el proceso piloto -desde la fijación de objetivos hasta la validación y la experimentación- y proporcionar visibilidad a las personas de todos los niveles de la organización, con un progreso claramente asignado a los objetivos originales.
Tener la mentalidad y la estructura necesarias para escalar los proyectos permitirá a las empresas salir del purgatorio del pilotaje y, en última instancia, producirá nuevas fuentes de crecimiento, ahora y en el futuro.
