«Preocupaciones por ciberseguridad limitan el uso de tarjetas de crédito corporativas en Colombia», es el tema que nos proponen desde Clara.
Por Rodrigo Aparicio, Chief Financial Officer en Clara
Los fraudes con tarjetas de crédito son un delito ampliamente conocido en el país y, de acuerdo con Kaspersky, uno de cada diez colombianos ha sido víctima de esta estafa. Las empresas también son objetivo de los delincuentes que utilizan esta modalidad de crimen porque la transformación digital ha promovido la adopción de productos de gasto empresarial y plataformas de pago digital, que pueden ser vulnerables a los ataques.
Preocupaciones por ciberseguridad limitan el uso de tarjetas de crédito
Nuestros clientes en Colombia utilizan en promedio cinco tarjetas corporativas —ya sea en formato físico o virtual— para pagar principalmente servicios de telecomunicaciones, comprar pauta digital y cubrir gastos asociados a viajes corporativos. Sin embargo, aún existe una gran área de oportunidad pues las empresas en el país no suelen utilizar este producto financiero para pagar grandes montos de dinero. Cuando una pasarela de pagos (o red de pagos) identifica una transacción con más ceros a la derecha de lo habitual, se activan diferentes alertas que dificultan el proceso y desincentivan el uso de este método de pago.
Las alertas son una buena práctica para evitar los fraudes, sin embargo, cada vez más proveedores han implementado herramientas tecnológicas de última generación para evitar estafas en las transacciones, proteger los datos de los usuarios e incentivar el uso de las tarjetas de crédito corporativas.
Como empresa tecnológica, en Clara hemos desarrollado funcionalidades digitales que garantizan mayor seguridad a los usuarios que realizan compras físicas o digitales, no solo para salvaguardar su dinero, sino para proteger información personal y datos sobre los procesos y operaciones de las empresas.
- Seguridad ‘3D’: es una barrera que se activa al momento de realizar una compra en línea. El usuario es redirigido a una nueva ventana (‘pop-up’) donde deberá confirmar la compra con un código que se envía directamente a su correo personal o la aplicación de Clara.
- Autenticación en dos pasos: este candado impide los accesos indebidos a apps o plataformas de pago instaladas en el teléfono celular del usuario mediante una contraseña y token temporal generado por un tercero, por ejemplo, el autenticador de Google.
- Tarjetas virtuales con CVV (código de seguridad) dinámico: ofrecen la ventaja de procesar la transacción y que los datos proporcionados caduquen unos minutos después de completar la compra. El código de seguridad o CVV dinámico estará disponible durante algunos minutos a partir de que el usuario lo solicita para realizar cualquier transacción de manera segura.
- Tarjetas infoless: las tarjetas de crédito tradicionales suelen contener datos como número de tarjeta, nombre del titular y código de seguridad (CVV). Sin embargo, la nueva generación de tarjetas sin información impresa (infoless) reduce la posibilidad de robo de los datos de la tarjeta porque cuando alguien accede al plástico de modo indebido no podrá transcribir o memorizar esos datos para hacer compras no presenciales.
Otra gran herramienta para la seguridad de los consumidores son los motores de decisión y herramientas de monitoreo en tiempo real, administrados por un equipo de especialistas en prevención de fraude, disponible durante todo el día para garantizar que los usuarios compren de forma segura. Implementar barreras de seguridad y protección de datos es clave para que las empresas utilicen en sus compras diarias plataformas de pago y tarjetas de crédito corporativas. Un ecosistema de productos financieros seguros le ofrecerá a las empresas una mejor experiencia que impulsará la adopción de productos financieros tecnológicos en la región.
