Opinión: Turismo, motor de la economía que no podemos olvidar

Fronteras cerradas, cordones sanitarios, aviones en tierra y el mundo casi entero en confinamiento son las causas de los 3.900 millones de dólares pérdidas estimadas para la industria del turismo nacional este 2020. Ese número significa que hay empresas -y por lo tanto trabajadores- que están sin movimiento, sin venta y sin ingresos desde mediados de marzo y sin saber por cuánto tiempo más. Esa cifra significa por ejemplo que empresas de transporte, hoteles , hostales, operadores turísticos, guías y tantos más llevan 70 días sin operaciones y no la tendrán en un tiempo indeterminado. Estamos frente a una de las peores crisis del sector, sino la peor.

Chile es un país con un turismo que ha sido reconocido últimamente a nivel mundial, con una oferta muy variadas a lo largo del país, con muchos emprendedores de pequeñas y medianas empresas. Pero eso mismo es lo que hoy tiene muy complicado a gran parte del sector, con más de 95 mil Mipymes que a diferencia de otras industrias que han podido reinventarse, en esta industria hay mayores dificultades y mayor incertidumbre de cuándo retornar.


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No podemos negarnos que han surgido medidas de apoyo e instancias entre el mundo público y privado en pro de establecer una hoja de ruta para la esperada reactivación –lo que se valora y definitivamente es la forma en que queremos buscar la salida– pero no sabemos si será suficiente. El turismo genera alrededor de 600 mil empleos directos, es un sector muy horizontal y transvesal, que genera recursos de manera más repartida que otros rubros en donde la concentración es mayor. No se puede olvidar la relevancia de la industria, de quienes forman parte de él, y de lo que se puede lograr si trabajamos en conjunto.

En el caso de nuestras empresas  nos tuvimos que acoger a la Ley de Protección al Empleo, con un equipo que ha entendido la gravedad de la situación. Además hemos visto la mejor manera de financiarnos con los “créditos Covid”. Estamos desde nuestras casas en contacto permanente con clientes y proveedores  incentivando el “posterga tu viaje, no canceles”, pensando en toda la cadena de proveedores y personas  que hay detrás.

Estamos trabajando en  todas las medidas de higienización para entregar confianza a los futuros viajeros. Todos queremos salir, todos queremos ver un atardecer, pero aún no tenemos certezas de cuándo podremos hacerlo. Algunas localidades quizás no estarán dispuestas a recibir turistas durante un tiempo y por otra parte los viajeros tampoco se querrán exponer a grandes aglomeraciones o a viajes muy largos, pero la gente querrá salir y probablemente lo hará, dentro del país, buscando más naturaleza y seguridad.

“No me gustaría estar en tus zapatos” me dijo ayer un cliente muy cercano, pero como emprendedores tomamos el desafío, hoy tenemos que aguantar. Es momento de adaptarnos, de ver qué estaba bien o mal en nuestras empresas, en nuestras estructuras, en nuestras jerarquías, en nuestros servicios.

Hoy debemos invitar a soñar el próximo viaje, en donde la gente se sienta más segura que en su propio barrio y estar listos para saltar con todo a la orilla y retomar la positiva curva en la que venía la industria del turismo en Chile. Esta industria va a encontrar la manera de salir a flote, no será la primera vez que lo hagamos, pero esta vez tendremos que batir el récord mundial de apnea y queremos hacerlo.

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