Desde la Federación regional confían en que la campaña de enero pueda salvar del cierre a muchos negocios, aunque los empresarios locales se muestran más negativos: «No son una tabla de salvación»
Los comerciantes de Cartagena ven «cruciales» los próximos meses y los de Murcia claman que «el cliente venga».
Tras un 2020 negro para el comercio, el 2021 viene cargado de incertidumbre para los profesionales de este sector. Ahora, con enero, llegan las tradicionales rebajas, una campaña que algunos comerciantes de la Región ven como la única salvación posible para diversos pequeños negocios que se enfrentan a su cierre definitivo si no consiguen salvar las pérdidas de esta crisis económica que ha traído consigo el coronavirus.
Algunos empresarios ni siquiera han esperado a que llegue el 8 de enero para poner en marcha sus descuentos, pues confían en que pueden ayudar a unas ventas que este año «han estado flojas, han bajado bastante, y aunque ahora mismo parece que está repuntando un poco, no es nada comparable a otros años», analiza Carmen Piñero, presidenta de la Federación de Comercio de la Región de Murcia (Coremur) y de la asociación Triángulo de Murcia, quien asegura que «hay muchos comercios que dependen de la campaña de Navidad para sobrevivir».
En Cartagena, por ejemplo, las rebajas comenzaron hace semanas. Sus comerciantes aseguran que han tenido que hacer un sobresfuerzo durante todo el otoño a través de grandes descuentos y ofertas como reclamo para atraer clientes. «Esta ha sido la única manera de que la mayoría de tiendas hayan podido subsistir», afirma Antonio Sánchez Casado, presidente del Centro Comercial Abierto de la ciudad portuaria.
También en Murcia se han llevado a cabo campañas para fomentar la venta, como la Feria de Descuentos que celebraron el Ayuntamiento y la Federación Murcia Área Comercial (Femuac), cuyo presidente, Santiago Vera, tiene una opinión terminante de la situación: «El año ha sido malo, y, por desgracia, las rebajas no van a arreglarlo». Así de contundente se expresaba a LA OPINIÓN este economista, quien, con más de 40 años dedicados al comercio, tiene claro que las rebajas «no son una tabla de salvación, como tampoco lo es tener descuentos todo el año».
Vera asegura que «vamos a intentar aprovechar el momento», pero considera que la situación es «una incertidumbre, no sabemos si la gente va a venir al comercio de proximidad». «La verdadera salvación del comercio es que la gente venga», sentencia.
Sin salidas ni eventos
«Otros años, con la llegada del frío, la gente se animaba a comprar ropa de abrigo, calzado y también prendas de fiesta; pero como ahora salimos menos de casa y tampoco hay grandes eventos, las ventas han caído», explica el representante de los comerciantes cartageneros. Por ello, aunque los pequeños empresarios continuarán con la campaña de rebajas, no esperan grandes cifras de ventas, sino que se «conforman» con mantenerlas para no tener que echar el cierre de sus negocios.
Sánchez Casado asegura que ha sido un año nefasto para los comercios del centro, pero insiste en que los próximos cuatro meses serán cruciales: «Aquellas tiendas que consigan aguantar el chaparrón hasta la próxima primavera habrán superado la crisis de la covid», vaticina el empresario.
Unas rebajas como nunca antes
El pequeño comercio va a echar toda la carne en el asador en esta campaña de Navidad, y, por esa razón, las rebajas de este año van a ser extraordinarias: «El usuario no se da cuenta de que las rebajas este año van a ser fabulosas, sobre todo en tiendas de ropa y calzado, porque los negocios tienen que sacar todo el ´stock’ que tienen dentro y pagar a proveedores», explica Marisa Cano, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Trapería y Platería, quien asegura que «van a ser unas rebajas como nunca han sido antes».
Propietaria de una tienda de joyas, Cano también teme que «cuando pase el mes de enero van a cerrar muchas tiendas».
Con toda esa incertidumbre llegan al año 2021 los comerciantes de la Región de Murcia, que, sin duda, afrontarán la campaña de Navidad como un intento desesperado de salvarse a toda costa.
