Opinión: La sostenibilidad, el nuevo mantra de las empresas de lujo

Interior de salón, sofá, blanco, habitación de lujo, cama redonda gris

En los próximos cinco años se definirán las nuevas firmas de alta gama del futuro

La sostenibilidad es el nuevo mantra de las empresas de lujo. Es el “nuevo digital”, advierte Matteo Capellini, de la consultora de lujo Bain & Company. Será un factor clave, ya que en los próximos tres a cinco años se definirán las marcas de lujo del futuro, y eso pasa por la sostenibilidad, afirma Xandra Falcó, presidenta de Círculo Fortuny, que ayer presentó un informe sobre El viaje hacia la sostenibilidad en las industrias culturales y creativas, elaborado junto a Bain & Company.

Las empresas que forman parte de la asociación del sector de alta gama reconocen que no solo deben contribuir cumpliendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU y la UE, sino que sus acciones deben ser ejemplo de liderazgo hacia un impacto positivo en la sostenibilidad del planeta. Dichas compañías ya están logrando resultados gracias a los planes estratégicos que incluyen la sostenibilidad como uno de los pilares a largo plazo. Según el citado estudio, el pasado año redujeron un 20% sus emisiones de CO2, mientras que el 40% de ellas ya no emplea ni pesticidas ni herbicidas químicos en sus producciones.


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Para lograrlo, sostienen los expertos, es imprescindible que la sostenibilidad forme parte de cada eslabón de la cadena de valor, con el fin lograr transparencia. De hecho, casi el 60% de los consumidores tiene en cuenta este condicionante cuando adquieren un producto o servicio. Porque si algo ha surgido con la pandemia, es un nuevo perfil de consumidor, que demanda seguridad y confianza.

Además, la sostenibilidad es primordial para el desarrollo del negocio, dado que los inversores dan una media de valoración sobre Ebitda de un 1,7% superior a las marcas que tienen en marcha políticas sostenibles dentro del sector de la moda y la alta gama, mientras que los empleados se sienten más identificados con ellas y los clientes más satisfechos.

Pero todo esto debe tener una base científica y medible, tal y como se resaltó ayer en un coloquio telemático en el que participaron diferentes directivos de empresas pertenecientes a Círculo Fortuny. De transparencia, de trazabilidad y de compartir información con los clientes habló Alexandre Capelli, subdirector de medioambiente del Grupo LVMH, quien destacó la importancia de la economía circular y del cambio de mentalidad que debe emprender la industria del lujo.

Para Enrique Valero, director general de Abadía Retuerta, que incluye una bodega, un patrimonio natural de 700 hectáreas, que acoge un extenso viñedo, y un monasterio del siglo XII convertido en una joya arquitectónica hotelera del siglo XXI, la clave de la sostenibilidad se encuentra en este legado. “Somos los guardianes de todo esto, y nuestra misión es no comprometer las necesidades de futuras generaciones. Entre los logros, enumeró, la instalación de paneles fotovoltaicos, la producción del 40% de la energía de la bodega, la reducción del 80% del papel, la eficiencia de la iluminación, la evaluación de los proveedores, la plantación de 65.000 pinos en los últimos años o la disminución de emisiones. “Son planes medibles, que supone una inversión a medio y largo plazo, además de los planes de igualdad y de diversidad”.

La esencia de la sostenibilidad, mantiene Evelio Acevedo, gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, es ser útil y cumplir con la misión de cada organización. “Hay que sumarse a este carro porque es la vida, hay que estar ahí, es lo que va a garantizar que seamos necesarios. Pero la sostenibilidad no debe ser solo medioambiental, sino que ha de tener un impacto económico y social”, argumenta Acevedo, que defiende que la esencia de todo esto es el respeto, y “eso nos ayuda a ser más eficientes, económicos y a controlar riesgos”.

Por su parte, Francisco Vañó, director general de la aceitera Castillo de Canena, la sostenibilidad debe ser el leivmotiv de una empresa agrícola, “tenemos que dejar a las generaciones venideras una tierra más rica, más fértil y más regenerada”. Eso es lo que, en su opinión, significa la excelencia, “y queda camino por recorrer, dado que se trata de un concepto muy social, que incluye el comercio ético, las relaciones con los proveedores, con los clientes, las alianzas con universidades, aunque el foco esté puesto en el medioambiente”. Y lo que pide este empresario es que los planes de sostenibilidad sean medibles, que no sea un concepto manido, “sino que tenga fuerza, que se someta a auditorías, que se abra en canal”.

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