Opinión: La pelea es por los datos

Mujer de lentes parada frente a pantalla digital

¿Dónde queda el humano? Pronto comenzaremos a hablar de sociedad 5.0.

 

Desde antes de la pandemia, el mundo ha comenzado a vivir la reconfiguración de los conglomerados empresariales. Atrás quedaron las petroleras, grandes superficies y entidades financieras en las cabezas de lista de las compañías más valoradas. Ahora se destacan las tecnológicas y las organizaciones que transformaron digitalmente a sectores tradicionales: bancos digitales, empresas de energía alternativa, plataformas de movilidad o turismo y, por supuesto, laboratorios que lideran avances científicos.


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Cuando comenzó la Cuarta Revolución Industrial, dada a conocer por el Foro Económico Mundial, la primera advertencia fue la pérdida de más de siete millones de empleos en el mundo; en la actualidad, se calcula que la cifra podría triplicarse con una preocupación adicional y es que aunque se han creado muchos empleos, otros no podrán compensarse por cuenta de la falta de conocimiento sobre habilidades en tecnología o innovación. Ese es el caso de jardineros, recepcionistas, guardias de seguridad, operadores de ciertas maquinarias, personal de servicio al cliente y hasta conductores que, por cuenta de la autonomía de los dispositivos, la inteligencia artificial y las plataformas están siendo reemplazados por robots.

Puede sonar a ciencia ficción, pero es la primera vez en la historia que contamos con máquinas que toman decisiones por las personas. En pocas palabras, si usted ingresa a una página web o una aplicación (correo electrónico, medio de comunicación o red social) es probable que el sistema le recomiende viajar a algún destino, consumir algún producto o tomarse unas vacaciones con avisos seductores y frecuentes; todo de manera automática y pensado a la medida de sus preferencias. En la mayoría de los casos, el sistema le ofrece planes tan cercanos a su interés que el consumidor opta por aceptar la invitación.

La noticia es que quien está detrás de la operación no es más que un robot programado a través de un algoritmo y que se alimenta de los datos que los usuarios consignan de manera automática e inconsciente. Cada vez que lleva su teléfono móvil a un destino diferente con el GPS activado, consulta un motor de búsqueda, adquiere un producto, escribe un mensaje en una red social o envía un correo electrónico está dejando una huella digital que alimenta los sistemas de información para crear productos a la medida.

Las nuevas batallas son por los datos. Recordemos la investigación por monopolio contra Apple, Facebook, Amazon y Google en Estados Unidos, el seguimiento a Huaweii y TikTok por el uso de la información y por estos días entre el gobierno chino y Alibaba. Y ni qué decir de los debates sobre la bioética ahora que vivimos en un mundo donde las vacunas se convirtieron en el negocio que surgió de las pandemias. ¿Dónde queda el humano? Pronto comenzaremos a hablar de sociedad 5.0.

Juan Manuel Ramírez M.
CEO de Innobrand
Correo: [email protected]

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