El internet de las cosas conforma un espacio cada vez más centrado en la información de usuarios que poco a poco adquieren derechos y obligaciones
Alejandro Johnson Camacho/ Gerente de Comunidades Digitales de OMA Media
https://omamedia.com.mx
@alexjohnsonc
Que la digitalización nos alcance y estemos juntos hasta que la batería nos separe. La sociedad se evoluciona y se adapta a una velocidad sin precedentes. La era digital está en un proceso que podríamos llamar posmodernista, pasamos del uso del internet a un manejo absoluto de datos e información personal que nos permite conceptualizar lo que hoy conocemos como internet de las cosas.
Y ¿qué significa este concepto? Pues que hablar del internet de las cosas es referirse a la evolución, al manejo masivo de conexiones y huellas digitales que dejamos a nuestro paso por la web. Este rastro/huella digital representa mucho más que la ruta para que nos ubiquen; significa una moneda de cambio para las industrias, empresas, escuelas y hasta gobiernos.
Desde hace años, conceptos como big data se manejan en el mercado debido la objetivación de los individuos, que los ha convertido en producto. En teoría, el big data es la colección masiva de información, el exceso de huellas digitales que hemos dejado en cada una de las redes sociales, aplicaciones, páginas que visitamos, etc. Convertirnos en usuarios recurrentes de cualquier aplicativo digital nos vuelve cada vez más predecibles para el macroespacio.
El internet de las cosas conforma un espacio cada vez más centrado en la información de usuarios que poco a poco adquieren derechos y obligaciones. Por ello ahora somos ciudadanos digitales, seres que adquirimos una personalidad única cuando navegamos en el ciberespacio.
La creación de esta personalidad implica distintas acciones convertidas en costumbres y hábitos casi imperceptibles por el usuario; patrones cada vez más marcados y ciertas recurrencias como horarios específicos, razones por las cuales cada cliente es predecible para las grandes marcas que destinan recursos ilimitados por hacerles llegar información tan precisa que parece producida por un espía.
La era digital se encuentra en una fase de consolidación absoluta, por eso es necesario recalcar que, una vez más, la migración más grande de la historia conllevará consigo un sinfín de herramientas cada vez más personalizadas que ya no necesitarán implementar mecanismos como cookies para ser exitosas. Sólo dependemos de nuestros propios patrones de navegación.
En OMA Media somos cómplices de las nuevas tendencias, estamos listos para el posmodernismo digital, abróchense los cinturones y seamos partícipes y cómplices de los cambios que el acceso masivo a la información nos cause.
