El hombre más rico del mundo, fundador y presidente de Amazon, ha comprado 100.000 furgonetas eléctricas que recorrerán, emisiones al margen, esos pocos kilómetros en los que se juega la satisfacción del cliente digital. La conocida como «última milla» quizás se trate de la etapa más determinante de toda la cadena logística, transformándose en una carrera para ver quién entrega a domicilio antes y más barato, librando una batalla que trae de cabeza tanto a los proveedores como a las tiendas online.
«La »última milla» se ha convertido en el nuevo marketing del comercio», asegura Francisco Aranda, presidente de UNO, la Organización Empresarial de Logística y Transporte, quien explica que la figura del repartidor se ha transformado en un eslabón fundamental de la cadena de suministro y que en el 70% de los casos, el consumidor de comercio electrónico reconoce que repite la compra en un portal si el proceso de entrega ha sido satisfactorio. «La entrega final y, con ella, la »última milla» cobran ahora más valor que nunca», apostilla.
Aranda sostiene que el nivel de sofisticación y digitalización del reparto en ciudad ha experimentado una evolución espectacular. De hecho, si hace cinco años las empresas de paquetería movían de media 125.000 paquetes al día, ahora mueven diariamente unos 1,25 millones. Aunque la patronal ha informado recientemente de que la paquetería moverá 3,5 millones de envíos el lunes siguiente al Black Friday, un 10% más que en 2018, y que el sector ha reforzado con más de 8.500 repartidores sus plantillas para este día y la campaña navideña.
El año pasado la facturación del comercio electrónico en España rozó los 40.000 millones de euros. Pues bien, en la actualidad, y según los datos de UNO, más del 55% de la facturación de las empresas de logística procede del e-commerce.
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