Opinión: El 14 de febrero, del amor al consumismo

 

El 14 de febrero se ha convertido en una fecha de consumismo impulsado por el marketing, en la cual se confiere mayor significado a regalar bienes y productos, que a otorgar demostraciones de afecto y cariño como significado de amor y amistad.

Juan Carlos León Ramos, catedrático de Sociología del Consumo y Desarrollo Sustentable en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAS advierte que se vive en una sociedad de consumo, donde ya no importa tanto en sí el motivo de lo que significa regalar, sino que muchas veces más que nada es el regalar algo y ya después adquiere significado.


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El especialista explicó que actualmente las empresas y las marcas se enfocan mucho en crear estrategias que permitan generar emociones en el consumidor, de tal manera que ya no nada más se trata de regalar algún detalle como puede ser “un chocolatito o un osito”, sino que muchas veces ya va más allá.

“Ahora es un globote, con un corazonzote, un oso muy grande, muchos chocolates, muchos dulces; es curioso cómo en estas fechas se regalan cosas que hacen daño: azúcar y grasa; pero es precisamente porque no se alcanza a distinguir entre algo para regalar que sea significativo porque es muestra de afecto”, destacó.

Fernando Ralero, especialista en Neuromarketing, explicó que el marketing concentra sus campañas en cuatro emociones básicas, de las seis que reconoce la ciencia.

Explicó que las campañas publicitarias se enfocan en influenciar el consumo a través de la alegría, la tristeza, el miedo y el desagrado, de ahí se desprenden las demás emociones como la culpabilidad y que las personas sin darse cuenta se dejan llevar por estas.

Alegría: las campañas se enfocan en la ideología de que se necesita consumir para ser feliz, para estar alegre.

Tristeza: para utilizar esta emoción, la publicidad se enfoca en la inconformidad, se hace creer que al consumir se ataca la tristeza.

Miedo: esta es la principal emoción en la que se enfoca el Marketing, se incita al consumo como ataque al miedo de no ser algo, o de no tener algo.

Desagrado: estar inquieto, sentir aburrimiento, son derivaciones de la emoción básica del desagrado, en las que se enfocan muchas campañas publicitarias para incitar a las personas al consumo.

Explicó que la ciencia reconoce seis emociones básicas: la alegría, tristeza, enojo, miedo, sorpresa y el asco o desagrado; de estás, cuatro son impactadas por el Marketing en general y las emociones que no se buscan impactar son el enojo y la sorpresa.

El especialista en sociología del consumo refirió que es común que las personas se dejen llevar por el marketing y ahora se busca regalar algo que demuestre por tamaño, por costo, por marca o por moda, una señal de afecto; cuando muchas veces lo que está detrás del regalo en sí es lo importante, cuando lo que da un significado es la acción.

Dijo que el ser reconocido por el regalo se convierte en una necesidad, más que el significado del regalo o por lo que implica; que en la actualidad los regalos que se dan son cosas que no son sustentables; como ropa, tenis, artículos que no son de primera necesidad, plástico, chocolates; y, que son regalos que en algún momento se convierten en parte de una problemática.

“En esta fecha se dedica parte del presupuesto del ingreso a regalar algo, solamente para cumplir, por compromiso con el día, que realmente está incentivado por estrategias de marketing, que nos hacen ver que este día es muy significativo por el regalo, no tanto por la emoción o por el sentimiento y sigue siendo esa cuestión del consumismo, consumir nada más por consumir, regalar por regalar sin evaluar si realmente es significativo”, detalló.

Señaló que regalar siempre es bueno, porqué es una atención hacia la otra persona, pero muchas veces el significado del regalo está en la producción que conlleva el regalar tal o cual cosa, y eso se puede transmitir a la hora de regalar, y puede satisfacer esa necesidad de reconocimiento de brindar cariño.

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