Opinión: Complejo panorama para la economía chilena

Fuertes caídas del índice mensual de actividad económica (IMACEC) se registraron durante los meses de octubre y noviembre de 2019 de 3,4% y 3,3% respectivamente, representan las contracciones más severas desde junio de 2009 cuando alcanzó una caída del 4% respecto al mismo período del año anterior, ese año (1999) se registró una recesión que parte con caídas en el indicador desde el mes de enero de 1999 y se extiende durante todo el primer semestre.

En el resultado del mes de octubre destaca el crecimiento del sector minero 2,0%, mientras que el sector no minero cayó 4,0%, influenciado por los sectores de servicios, comercio e industria manufacturera. En los servicios, destacaron las caídas de educación, transporte, servicios empresariales y restaurantes y hoteles. Compensado parcialmente por el aumento de la actividad de construcción. Por el contrario, en el mes de noviembre destaca la caída de un 5% del sector minero, mientras que el sector no minero cae un 3,1% influenciado por servicios y comercio, compensado por la construcción y la industria.


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Al mismo tiempo podemos observar que el Banco Central viene ajustando a la baja el crecimiento que pueda experimentar la economía el próximo año reflejado en los informes de política monetaria, entendiendo que como institución debe tener una visión realista, pero con leve sesgo positivo.

Proyecciones Indicadores Económicos del Banco Central 2019

Indicador IPOM junio 2019 IPOM sept. 2019 IPOM dic. 2019
Expectativa  Crecimiento 2019 3,5% – 2,75% 2.75% – 2.25% 1%
Expectativa  Crecimiento 2020 4%-3% 3.75% – 2.75% 1.5% – 0,50%
Expectativa Crecimiento 2021 4%-3% 4% – 3% 3,5% – 2,5%

Fuente: Banco Central de Chile IPOM de junio, septiembre y diciembre de 2019.

En su última estimación considera un crecimiento entre 0,5 y 1,5% para el año 2020, son cerca de 3 puntos porcentuales menos respecto del IPOM del mes de junio donde se estimaba una tasa de crecimiento entre 4-3% para 2020.

En ese escenario, observaremos un fuerte incremento del desempleo los próximos meses, así como un cambio de la composición disminuyendo el trabajo asalariado y aumentando el trabajo por cuenta propia. El Estado recaudará menos ingresos dificultando la expansión del gasto público para atender las demandas sociales, con nuevas demandas futuras seguramente más urgentes para compensar la falta de empleo. Las empresas disminuirán sus utilidades impactando el valor de cotización de la Bolsa y presionando el tipo de cambio que se ha mantenido acotado gracias a la intervención del Banco Central, intervención que ha sido suspendida momentáneamente durante las semanas del 6 al 11 y del 13 al 18 de enero, gracias al alivio que ha dado la inflación del mes de diciembre.

Los resultados negativos de octubre y noviembre se mantendrá durante el mes de diciembre y probablemente se extienda a enero, en medio de un descontento social que no termina y un país que no recupera su normalidad, basta con dar un paseo por las zonas céntricas de Santiago y las principales ciudades regionales para ver espacios blindados, con empresas que trabajan a media máquina, en particular las relacionadas al área de servicios, comercio, turismo, falta observar los efectos del aumento de tasas de interés en los créditos hipotecarios y de consumo unido al aumento de la morosidad que pueda registrar el sector bancario, lo que se debería reflejar en una baja de las colocaciones crediticias (menor dinamismo y empleo del sector bancario) en los próximos meses, unido al fuerte daño que se ha generado al sector turístico, que tendrá un impacto relevante este verano con menores ingresos de divisas asociado a la contracción del sector, que se podría compensar en parte por turismo local. Por otra parte, se ha confirmado una fuerte baja en la compra de viviendas nuevas tras la crisis social, lo que debería retrasar la ejecución de nuevos proyectos, con períodos más extenso para concretar la venta de los proyectos actuales (se requiere un mayor capital de trabajo), así nos encaminamos a una fuerte contracción de la actividad durante todo el último trimestre del año 2019 que podría trasladarse hasta el primer y segundo trimestre de 2020, se debe observar la capacidad del gobierno para terminar con el vandalismo sobre todo luego del inicio de clases del mes de marzo, en este escenario no descarto que el país pueda entrar en Recesión Técnica en marzo de 2020 o a finales del primer semestre.

En el escenario externo se observa una marcada desaceleración de la producción industrial y del comercio mundial, las empresas han moderado el gasto en inversión, y en particular la de largo plazo, nuestro país no escapa de dicha situación agravado por la incertidumbre interna, una cantidad importante de bancos centrales han disminuido las tasas de política monetaria para contrarrestar el debilitamiento de la demanda siendo la principal política de estímulo dado que existen fuertes restricciones para incrementar el gasto público productos del endeudamiento fiscal. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado un crecimiento del 3,4% para la economía mundial, 4 puntos porcentuales por sobre el incremento de 2019, no obstante, se realizará un nuevo reporte el 20 de enero de 2020. Con todo el panorama externo para la economía chilena se observa más auspicioso que 2019, gracias al principio de acuerdo entre las dos principales economías a nivel global (EE.UU y China). El FMI recomienda disipar las tensiones comerciales, reimpulsar la cooperación multilateral, así como abordar vulnerabilidades financieras y lograr un crecimiento más inclusivo.

A nivel interno, se requiere terminar con los actos vandálicos, aislar las manifestaciones pacíficas de aquellos que destruyen con discursos claros y de unidad. La policía debe mejorar la eficacia en el control de los delitos, en particular los saqueos y la delincuencia común. Hace tiempo que el sistema judicial desde las investigaciones hasta las sentencias ha mostrado una tremenda ineficacia para atacar delitos asociados al narcotráfico, y robos con violencia (portonazos, cajeros automáticos, asalto a tiendas a plena luz del día con total descaro, las barras bravas, funerales de narcotraficantes, delitos cometidos desde los recintos penitenciarios, entre otros muchos casos habituales) que se mezclan hoy en los actos que observamos incrédulos, donde personas honestas se han mezclado motivados por la falta de efectividad del sistema judicial (jueces y fiscales) y las policías, generando una fuerte percepción de impunidad.

Se requiere celeridad en tornos al desarrollo de los cambios normativos futuros, en particular la redacción de una nueva constitución, así como los principios que podrían regirla, ello influye en la profundidad de los posibles cambios sobre el modelo económico y el rol que podría tener el Estado en este nuevo contexto.

Parece que nuestra historia se repite como un caso de desarrollo frustrado que es incapaz de sobrepasar cierto umbral debido a los conflictos internos y escenarios externos que complejizan las situaciones. Aún existe cierto grado de optimismo en torno a lograr un acuerdo que permita encausar nuestra trayectoria para alcanzar el desarrollo, con un capital humano cuya formación en promedio es mucho más alta que las generaciones anteriores, que exige una reorientación del rol del Estado, pero requiere al mismo tiempo leyes muy drásticas contra la corrupción y una clara orientación del Estado en términos de disminuir la desigualdad social con una mayor eficacia en el gasto público.

Roberto Contreras Marín

Dr. En Economía Industrial e Internacional y académico de UTEM

 

 

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