Además de ser supermillonarios, ¿qué tienen en común Carlos Slim y Jeff Bezos? Que invierten en empresas de diferentes sectores, desde industrias tradicionales a algunas innovadoras, como los autos voladores.
Bajo esta máxima se rigen los millonarios, quienes usan el tiempo como otra característica en su estrategia. “Lo que buscan es un horizonte a largo plazo, ellos ya no necesitan dinero para sus necesidades cotidianas, operan de una manera más parecida a un fondo de pensiones. Su meta es transmitir el patrimonio a la tercera o cuarta generación”, explica Pablo Galván, director de la licenciatura en Dirección Financiera del ITAM.
Cualquier portafolio de inversión tiene dos objetivos: maximizar el dinero y proteger el patrimonio ya construido. Las empresas tecnológicas son buscadas por generar márgenes de ganancias superiores a los de una firma de corte tradicional.
Pero invertir en compañías disruptivas tiene un alto riesgo, por lo que, para balancear la situación, se busca invertir en empresas tradicionales, como Coca-Cola, General Motors o Bank of America, que son fáciles de diagnosticar y “entender cuáles son las palancas que las hacen generar o no recursos. Son muy apetecibles para un fondo de inversión, porque le permite evaluar de manera más consistente cómo va la inversión y, con ello, asegurar el patrimonio”, explica Galván.
