Observando a través de la bola de cristal

futuro

Por: Iván Fernández Amil

Cuidado con las bolas de cristal. Adivinar cómo será el mundo tras una crisis como la que estamos viviendo es un acto de adivinación. Y los adivinos no solo no existen, sino que si les hacemos caso pueden llegar a destruir imperios, como le ocurrió a Creso de Lidia hace más de 2.500 años…


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Lidia era un antiguo reino de Asia Menor, al oeste de la península de Anatolia. Creso comenzó su reinado con 35 años de edad, fue poseedor de grandes riquezas y su gobierno estuvo marcado por los placeres, la guerra y las artes. El reino de Lidia llegó a acumular tantos tesoros que en la antigüedad existía una expresión que es todavía usada en los países anglosajones: «As rich as Croesus» (Tan rico como Creso).

Lidia era uno de los mayores imperios de su época, pero Creso estaba preocupado por el avance y el poder de otro gran imperio, el de Ciro II El Grande: Persia.

Preocupado porque el poder de Ciro era cada vez mayor, consultó al Oráculo de Delfos si debía comenzar una guerra contra los persas. El Oráculo le contestó que si atacaba a los persas, caería un gran imperio. Interpretando ese augurio como favorable a sus designios creó un ejército de coalición con Babilonia, Egipto y Esparta para dirigirse hacia el este, cruzar el río Halys y atacar por sorpresa a los persas.

Creso marchó contra Ciro, pero el imperio que destruyó fue el suyo propio, ya que fue vencido, hecho prisionero y quemado en la hoguera, aunque finalmente el rey persa le salvó la vida y lo incluyó desde ese momento en su corte y sus consejeros. El Oráculo de Delfos, en este caso, había acertado al vaticinar que si se atacaba a los persas, «un imperio será destruido», el de Lidia.

Como vemos con este ejemplo, no es inútil especular sobre el futuro o evaluar escenarios, debemos estar preparados para loa más probables, pero siempre desde la humildad de saber que no podemos adivinar el futuro. Tenemos cientos de ejemplos:

● En 1977 el co-fundador de DEC, segundo fabricante de ordenadores de la época, afirmaba: “No existe ninguna razón para tener un ordenador en casa”.
● Napoleón Bonaparte decía que la máquina de vapor era un sinsentido.
● En 1982, IBM sostenía que 100 millones de dólares era demasiado dinero para comprar Microsoft.
● Chaplin afirmaba que el cine era una moda pasajera.
● En 2008 muchos analistas sostenían que la recesión nos curaría del consumismo sin control.

Evaluemos las opiniones e informes de los expertos, desarrollemos planes de contingencia, hagamos apuestas, pero teniendo en cuenta que tenemos una alta probabilidad de equivocarnos.

Espera lo inesperado y prepárate para adaptarte y aprender de los errores que vas a cometer. Eso sí que es previsible y apostar por el futuro.

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