Nicolás Deino: Por qué y cómo la banca debe impulsar cloud

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El mundo post pandemia presenta una serie de desafíos para la industria financiera. En ese contexto, los bancos necesitan un enfoque claro para eliminar su deuda tecnológica legada y conseguir sistemas preparados para el futuro. Esto significa emprender el viaje a la nube, un proceso típicamente incremental por el que los bancos cambian su arquitectura de sistemas centrales a una flexible y nativa de cloud.

Los sistemas modulares y escalables basados en la nube eliminan las limitaciones de la tecnología legada. También permiten a los bancos aprovechar las capacidades de hiperescalado. De hecho, convertirse en un banco preparado para el futuro requiere un enfoque basado en la nube.


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Merece la pena destacar algunas de las principales limitaciones operativas que impone la tecnología legada. Para empezar, estos sistemas impiden a los bancos innovar a gran velocidad y tienen una capacidad limitada para alcanzar los volúmenes necesarios para la banca digital. También son costosos de mantener y cada vez más difíciles de actualizar y asegurar.

Las soluciones basadas en la nube superan estos retos, lo que explica en parte por qué se han hecho populares entre la Banca, la cual se encuentra entre las industrias que más han adoptado Cloud producto de la pandemia.

No es difícil construir un caso de valor para un enfoque basado en la nube. En primer lugar, estas soluciones ayudan a los bancos a dirigir un negocio ágil, cuya importancia ha puesto de manifiesto la crisis desataca por el COVID-19. En segundo lugar, garantizan que los bancos puedan ser innovadores, lo que es crucial en la era del negocio digital. En tercer lugar, les permiten transformar la curva de costos, con pruebas de que las soluciones en la nube cuestan menos, en particular para los productos y las transacciones que requieren un aumento de la capacidad.

Las ventajas no acaban ahí. Las soluciones basadas en cloud pueden incorporar los requisitos de flujo y compartición de datos de la banca abierta más fácilmente que los sistemas legados, y aportan la capacidad de acceder a ecosistemas impulsados por APIs. También confieren una mejor gestión y análisis de los datos.

Por último, los proveedores de servicios en la nube (CSP) saben que la seguridad y la gestión dinámica del riesgo son cruciales, y por ello han invertido mucho en esas áreas. (Dicho esto, los bancos deben saber que siguen siendo responsables de su uso de la nube, y deben auditar y evaluar los riesgos asociados a sus CSP).

En última instancia, los beneficios incluyen una mayor eficiencia, un mejor compromiso con el cliente y una mejor orientación de los productos y servicios. También pueden ser directamente financieros. Un banco de inversión multinacional estadounidense, por ejemplo, creó una nube privada para centralizar muchas de sus funciones. Al crear una plataforma de TI rentable, eficiente, escalable y segura, redujo el gasto en TI en más de 500 millones de dólares y vio cómo las cargas de trabajo funcionaban con un 40% más de eficiencia.

Los pasos a seguir

Los bancos que están iniciando el viaje se enfrentan a muchos caminos posibles. Pueden desplegar la arquitectura en la nube en una serie de áreas, como las aplicaciones principales, los ecosistemas de big data, la analítica y el almacenamiento de datos, y la mejora del rendimiento en todas sus operaciones.

Sea cual sea la dirección que tomen, los bancos no pueden demorarse demasiado. El impacto del COVID-19 en el comportamiento de los clientes y en el lugar de trabajo subraya la necesidad de una transformación tecnológica fundamental, que la arquitectura basada en la nube puede aportar. El desajuste entre las necesidades y las capacidades, especialmente durante las primeras fases de la pandemia, también puso de relieve la necesidad de encontrar nuevas formas de trabajar, utilizando una tecnología más ágil, receptiva y escalable.

De este modo, la pandemia ha tomado la tendencia existente de cloud y ha obligado a los bancos (y a otros) a reevaluar la velocidad a la que debe producirse su viaje a la nube. Muchos, sin embargo, aún no han dado los pasos necesarios. Pueden empezar por considerar las distintas opciones de la nube:

Una nube pública, como las que gestionan AWS, Microsoft Azure y Google Cloud, ofrece costos más bajos y variables, una escalabilidad casi ilimitada y una gran fiabilidad.

Una nube privada, que da todo el control al banco, permite un mayor nivel de control y rendimiento. También aporta simplicidad y flexibilidad normativa, ya que la organización puede personalizar su entorno de nube para satisfacer sus necesidades.

Una nube híbrida, que proporciona una mezcla de ambas, ofrece un mayor control, ya que la organización puede mantener una infraestructura privada para sus activos sensibles, pero se beneficia de la flexibilidad que aportan los recursos adicionales de una nube pública. Además, este enfoque es más sencillo, ya que permite una transición gradual a cloud, introduciendo las cargas de trabajo a lo largo del tiempo.

Según nuestra experiencia, la mayoría de los bancos se beneficiarán de una estrategia multi-nube, lo que significa utilizar más de un CSP público o una mezcla de nubes privadas y públicas. La oportunidad de escalar cloud es ahora.

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