Mes del pride: trabajemos en una cultura laboral más inclusiva

Daniela Román

Por Daniela Román, Talent Attraction and Employer Brand Lead en Apiux Tecnología

Este 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+, donde se conmemora la revuelta de Stonewall ocurrida en 1969 y durante todo el mes se festeja la vida de las diversidades sexuales y se recuerda a aquellos y aquellas que murieron por ser diferentes.


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Desde este año, en Chile se pueden realizar matrimonios entre dos personas del mismo sexo, siendo el sexto país de América Latina en permitir esta unión, hecho digno de aplaudir, pero aún falta mucho si hablamos de erradicar la discriminación y violencia hacia la comunidad en nuestra sociedad. Por lo mismo, la Fundación Iguales junto con el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), llamaron a una marcha pacífica a realizarse el sábado 25 de junio, donde sus principales demandas serán “la derogación de la última ley homofóbica vigente en Chile (artículo 365 del Código Penal), la reforma a la Ley Antidiscriminación y el cese de toda violencia basada en la orientación sexual, identidad o expresión de género”, tareas aún pendientes y urgentes en Chile.

Desde el sector empresarial, cientos de marcas y compañías se visten con los colores del arcoiris para manifestar su apoyo, pero así como el matrimonio igualitario no es suficiente, estas demostraciones tampoco lo son. Celebrar y conmemorar a la comunidad LGBTIQ+ durante un mes no quita que durante años han sido discriminados por su sexualidad o identidad de género, sufriendo violencia y malos tratos incluso en el entorno laboral. De hecho, en la Primera Encuesta Estatal de la Subsecretaría de Prevención del Delito (SPD), y otras organizaciones sobre discriminación, violencia o delitos sufridos por la población LGBTIQ+ del 2020, evidenció que el 7,8% de las personas creen que el entorno laboral es el principal ámbito donde se sufre discriminación y el 34,9% declaró no recibir apoyo de sus colegas al contar que pertenecía a la comunidad.

Necesitamos fomentar una cultura de trabajo mucho más inclusiva, que promueva el respeto entre pares e impulse la buena convivencia. De esta manera, todas las personas se podrán sentir cómodas y libres de expresarse como quieran y en paralelo, se ganará representatividad para que futuras generaciones puedan acceder a estas oportunidades sin dudarlo, abriendo espacios que por años estuvieron cerrados. No se trata de cumplir un porcentaje, sino de impulsar el empoderamiento económico en un grupo que históricamente ha sido excluido.

Algunas iniciativas de inclusión y diversidad que se deben implementar en las empresas tienen que comenzar en el primer contacto con la persona al preguntar por su pronombre y sus preferencias al tener una entrevista, incluir dentro del proceso de selección entrevistadores con distintas perspectivas para evitar sesgos, hacer los job postings inclusivos con un lenguaje en común, hacer capacitaciones en el tema y crear una cultura de inclusión a través de la psicoeducación, definiendo conceptos, prácticas y abriendo espacios de reflexión, entregar beneficios que se adapten a los distintos grupos y por supuesto, posicionarse como una compañía abierta que apoya a está comunidad, donde no aceptan actos de discriminación o violencia.

Hace más de 10 años, Forbes lo aseguró tras una investigación llamada “Innovation Through diversity”: un grupo de trabajo diverso e inclusivo es crucial para las empresas que necesitan atraer y retener nuevos talentos, lo que también ayuda a que haya más innovación y creatividad al tener diferentes voces e ideas.

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