Por Mauricio Blanco, Director Ejecutivo de Accenture Chile
Los minoristas saben que es esencial adoptar un enfoque responsable y orientado a los objetivos. Todos los stakeholders -desde los consumidores hasta los empleados, pasando por los inversores y los gobiernos- espera que el retail actúe en materia de sostenibilidad con mayor urgencia. El imperativo está en incorporar prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en todas las verticales de sus negocios, reduciendo así las emisiones de carbono, limitando los residuos, actuando de forma inclusiva y responsable, y ayudando al mundo a llegar a la net zero.
En ese contexto, la tienda del futuro es una gran oportunidad. Se trata de un espacio abierto y flexible, que combina la velocidad y la sencillez del comercio digital con la hipereficiencia del almacenamiento automatizado, al tiempo que pone un mayor énfasis en las experiencias de compra centradas en el ser humano. Para ello, fusiona las operaciones y experiencias online y offline para crear un enfoque del comercio minorista más holístico, eficiente, centrado en el cliente y rentable. Y como está en consonancia con lo que los consumidores quieren y esperan ahora en términos de sostenibilidad, será un componente fundamental para impulsar la rentabilidad y el crecimiento en el futuro.
La tienda del futuro genera una experiencia minorista orientada a un propósito. Por tanto, la tienda adopta un nuevo papel como plataforma omnicanal orientada al consumidor. Un lugar donde el cliente puede mejorar su bienestar y comprar de forma responsable y de acuerdo con sus valores como persona.
En concreto, los retailers pueden desarrollar nuevas carteras de productos y servicios que se diferencien por el uso de materiales sostenibles y prácticas responsables. Esto puede fidelizar a los clientes actuales y atraer a otros nuevos. También pueden utilizar la nueva tecnología de las tiendas para interactuar digitalmente con los compradores en tiempo real, ofreciéndoles información clara y detallada sobre la sostenibilidad de cada producto mientras navegan.
La tienda del futuro también permite a los retailers impulsar la eficiencia en el uso de la energía, el desperdicio de productos y el embalaje. Una estrategia minorista offline-online más integrada es intrínsecamente más eficiente y, por tanto, más sostenible. Por ejemplo, los minoristas pueden utilizar la analítica de precisión para ajustar la oferta y la demanda con mayor exactitud, reduciendo el exceso de inventario. Pueden añadir la computación de borde a la mezcla para habilitar «estantes inteligentes» que supervisen automáticamente el desperdicio de productos y la reposición.
Cuando se tiene en cuenta la computación de borde, es incluso posible tener precios dinámicos que fomenten opciones más sostenibles. Por ejemplo, en la tienda de comestibles. Imagínese el impacto en el desperdicio de alimentos si su supermercado local pudiera decirle de forma proactiva qué productos están a punto de caducar y ofrecerlos con un descuento mientras usted navega. Y si se replantean el diseño y la distribución de la tienda, los minoristas pueden habilitar modelos comerciales circulares. Esto incluye, por un lado, los contenedores rellenables y los modelos de «producto como servicio» y, por otro, los microcentros de distribución que abren nuevas opciones de entrega a domicilio.
Finalmente, la tienda del futuro permite impulsar la transparencia en las cadenas de suministro y la productividad en la entrega. Al conectar la cadena de suministro en una red digital transparente, los minoristas pueden obtener la visibilidad sobre las emisiones de carbono y las garantías éticas que pueden ser tan difíciles de conseguir hoy en día. Esta transparencia puede tener la ventaja añadida de permitir un seguimiento más preciso para los clientes.
Del mismo modo, al reconfigurar la red de cumplimiento en torno a los microcentros de cumplimiento basados en las tiendas, los minoristas pueden transformar tanto la productividad como la sostenibilidad de la entrega de última milla, reduciendo los costos de combustible y las emisiones de carbono. Y aprovechando la flexibilidad y la accesibilidad de las plataformas digitales, también pueden abrir la cadena de suministro a los proveedores más pequeños, incluidos los dirigidos por grupos anteriormente marginados.
Combinados, estos beneficios transformarán la huella social y medioambiental del comercio minorista. Ya hemos visto que las empresas han dado grandes pasos adelante. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. La sustentabilidad es la base sobre la que se construirá el retail del futuro.
