Por Marcos Alexandre Lopes, Líder de Industry X para Accenture Hispanoamérica
En muchos sentidos, el futuro de la fabricación ya está aquí. Las personas y las máquinas comparten datos e información constantemente. Las herramientas digitales, la inteligencia artificial, la robótica, la automatización y la nube se están convirtiendo en algo esencial para lograr operaciones eficientes, flexibles y adaptables. Pero este cambio tecnológico también está sometiendo a las redes a una enorme presión. Las demandas de ancho de banda, rendimiento y seguridad serán inevitablemente aún mayores a medida que se requiera más conectividad.
Esa demanda podría llevar a que la red se convierta en el cuello de botella, limitando la capacidad de desplegar una fabricación flexible, lograr un mayor rendimiento, una mayor eficiencia y mayores niveles de seguridad. Nuestros estudios sugieren que la demanda de ancho de banda aumenta anualmente entre un 30% y un 40%, un ritmo que supone un reto para que las redes se adapten de forma rentable.
Entra el 5G. Sus cualidades lo hacen muy adecuado para acelerar la agenda de la fábrica del futuro, apoyando a los trabajadores más inteligentes, la fabricación flexible y la logística de planta fluida. Y no es cuestión de «si» todo esto ocurrirá, sino de «cuándo». La mayoría de las proyecciones sugieren que el 5G estará plenamente vigente para los fabricantes en 2025. También se calcula que, para entonces, habrá en torno a 55.700 millones de dispositivos conectados en todo el mundo. Y con el crecimiento explosivo del Internet Industrial de las Cosas (IIoT), muchos de ellos estarán en entornos industriales. Accenture proyecta que para 2025 alrededor del 60% de todas las conexiones globales de IIoT estarán en la fabricación inteligente.
¿Cómo deberían los fabricantes empezar a prepararse ahora para la llegada de esa conectividad masiva de dispositivos inteligentes a escala? Es fundamental desarrollar los casos de uso adecuados, especialmente los orientados a impulsar una automatización más flexible en las operaciones individuales o en la logística de la planta, y los centrados en trabajadores «más inteligentes» que reciban datos en tiempo real para mejorar la toma de decisiones y la seguridad.
Por ejemplo, algunas empresas ya están utilizando la tecnología 5G, además de la computación de borde y el análisis de vídeo, para supervisar las posibles infracciones de seguridad y responder más rápidamente de lo que podría hacerlo cualquier sistema manual. También se está aprovechando la baja latencia de la 5G para que los vehículos guiados autónomos puedan navegar con seguridad por un entorno complejo. Esto permite garantizar la seguridad de los trabajadores que realizan procesos complejos, altamente regulados y a menudo peligrosos.
Estos son sólo algunos ejemplos. Pero todos ellos apuntan al papel cada vez más central que desempeñará la 5G en la forma en que los fabricantes desarrollen sus estrategias de red. La posibilidad de aprovechar la potente conectividad inalámbrica para reconfigurar de forma autónoma las líneas de producción en respuesta a cambios repentinos en la demanda es un caso de uso clave.
No hay duda de que el 5G aportará importantes beneficios. Habrá más flexibilidad, ya que un mundo sin cables permite reconfigurar rápidamente la maquinaria y las líneas de producción. La latencia que proporciona datos más rápido que un parpadeo significa que millones de transacciones entre máquinas y humanos pueden mejorar la inteligencia y crear capacidades automatizadas en tiempo real en el borde. Y, lo que es más importante, el 5G ofrece menores costos de red y mayor seguridad, ya que se pueden consolidar múltiples redes de uso limitado.
Pero también hay desafíos. Por ejemplo, la nueva maquinaria, los robots, los vehículos y otros activos con tecnología 5G requerirán una inversión significativa. La justificación comercial de los mismos debe ser muy sólida. Además, nuestro estudio reveló que la falta de dispositivos con capacidad 5G era el segundo obstáculo más citado para desarrollar la red del futuro.
El 5G representa hoy una gran oportunidad para avanzar hacia las operaciones inteligentes y las empresas cuentan hoy con las herramientas necesarias para adelantarse al futuro.
