Los jóvenes, los llamados a revolucionar el mundo del emprendimiento

Natalia Espinoza

Por: Natalia Espinoza, Directora del G100.

En los tiempos actuales es muy importante destacar el rol de los jóvenes para potenciar el emprendimiento en nuestro país. Partir una startup es un gran desafío, y los jóvenes, al no tener hijos y tener toda la vida por delante, son los primeros llamados a asumir riesgos. Por eso es tan importante tener una mirada comprensiva de lo que les facilita y desafía a la hora de emprender.


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Emprender es partir sin sueldo, sin comprarte un auto, sin liquidaciones de sueldo para pedir un pie. La gran mayoría de los jóvenes ya se endeudó para estudiar, lo que genera más aversión al riesgo. Tu entorno tendrá un sueldo y eso te va a tentar a renunciar, por eso es importante recordarnos los beneficios de apostar por emprender: independencia financiera y autonomía en el uso de tu tiempo.

Tenemos que celebrar los cambios culturales y sociales que hemos vivido y que potencian la ruta emprendedora: dar más garantías sociales facilita que las personas tomen más riesgo. Si, que te vaya mal, no implica que tu salud o tu educación estén en juego, más personas se atreverán y podremos aprovechar el maravilloso talento distribuido en todas las clases sociales. La mirada conciliadora entre desarrollo económico y equidad que está teniendo el país me llena de optimismo.

Otro elemento cultural relevante es la evolución en la cosmovisión del éxito: antes el objetivo era exclusivamente tener trabajos seguros, con poco factor de riesgo, en cambio ahora, la persona emprendedora es vista como alguien “movido y jugado”, fenómeno que se potencia por lo inspiradora que son las historias de startups exitosas creadas por jóvenes, como Betterfly o NotCo, que dieron el salto al vacío y terminaron siendo empresas unicornio.

Hoy, estamos en un excelente escenario para potenciar el emprendimiento en los jóvenes: la globalización permite no acotar tu mercado solo a Chile y soñar en grande. Programas como Start-up Chile o los campeonatos Nada Nos Detiene tienen en la base invitar a los emprendedores a escalar y comerse el mundo.

El trabajo remoto, un legado de la pandemia, también es una oportunidad. Con modelos más flexibles, hoy es posible vincularse con profesionales de diversas partes del mundo, con distintas culturas, permitiendo no sólo que los mejores talentos se desarrollen en sus negocios, sino que además conociendo mejor a la sociedad y respondiendo mejor a sus necesidades, lo que les hace más fácil la expansión a nuevos mercados.

Esta generación de jóvenes entendió que los cambios generan nuevas oportunidades de negocios y que cualquier idea, por mínima que sea, puede terminar siendo un gran emprendimiento. Lo único que hay que tener claro es que hay que asumir riesgos y estos pueden ser muchos, pero hay que atreverse a dar ese salto, para poder vivir de lo que a uno le apasiona. Estar al fin del mundo ya no es una excusa.

 

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