Por: Alexandra Neira- Certificate Manager de Laboratoria
Este 26 de agosto se celebró el día de la Educación Técnico Profesional (TP) en Chile, que se conmemora hace 80 años tras la creación de la Dirección de Enseñanza Profesional en 1942. Por lo mismo, durante todo agosto el Ministerio de Educación organizó actividades como charlas, ferias, exposiciones y seminarios ligados al aprendizaje práctico. De acuerdo a Marco Antonio Ávila, ministro de Educación, el objetivo es “poner a la educación Técnico Profesional al servicio de la dignidad de las personas y sus familias, y del desarrollo sustentable de los territorios”.
La educación Técnico Profesional ofrece grandes oportunidades laborales, sobre todo en rubros ligados a la tecnología. Sin embargo, aún existen grandes brechas de género en las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Solo por dar un ejemplo, de acuerdo a cifras entregadas por el Mineduc, sólo un 15% de las personas tituladas en 2020 de carreras técnicas del área de Tecnología, son mujeres. Ante este escenario, la formación de líderes y ambientes laborales propicios para un crecimiento equitativo es imprescindible.
Todos nacemos con potencial para la tecnología, pero los estereotipos nos etiquetan y nos alejan de ella. Es muy común que las mujeres escuchemos frases como «la tecnología es un trabajo para hombres», «eres organizada, deberías dedicarte a tu casa», «las mujeres son mejores para las letras», etc.
El día de la Educación Técnico Profesional nos viene a recordar que la responsabilidad de eliminar las brechas de género es de todas y todos. Desde las organizaciones, es necesario que se promuevan liderazgos inclusivos y se aseguren ambientes laborales libres de discriminación. En paralelo, tenemos que tender un puente para que más mujeres se puedan liberar de sesgos y cargas, y así puedan acceder a una formación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas que les abra nuevas puertas e impulse su desarrollo.
En suma, transformar esta cultura depende de todas y todos. En un mundo cada vez más digital, no hay arma más poderosa que una mujer con conocimientos tecnológicos, junto a otra, y otra, y otra más.
