Por José Antonio Vallejo- Presidente en VallejoGroup
Un sector particularmente complejo, donde es claro que la falta del desarrollo de una infraestructura inmobiliaria para la distribución urbana de mercancías, acompañada de un desarrollo de un modelo específico para cada ciudad, por sus efectos sobre movilidad, vecinos y trama urbana, lleva a la logística a tener que adaptar su operatividad.
Es claro que el comercio electrónico está transformando radicalmente la logística en los entornos urbanos, introduciendo nuevas preocupaciones relacionadas con el aumento de la congestión, la optimización de servicios muy numerosos y con pequeños volúmenes de carga, la rapidez de las entregas y el acercamiento de los inventarios a los centros de consumo para racionalizar servicios y buscar la rentabilidad en un segmento con una fuerte competencia, es un escenario sumamente retador, un escenario complejo donde la falta de desarrollo de microhubs urbanos y Centros Urbanos de Consolidación tiene mucho que ver.
Debemos de tomar consciencia que necesitamos un nuevo modelo de ciudad que dé cabida a la actividad logística como parte esencial de la vida urbana, donde para conseguirlo es necesario un mayor grado de colaboración, con el fin de buscar alternativas que permitan optimizar el suministro sin que implique unas inversiones imposibles de rentabilizar.
¿Dónde colocar los activos para la distribución urbana y que tipos de activos necesitamos?
Debemos de partir de la premisa que es necesario conocer cómo es que funciona cada ciudad, como se mueven las personas y cuáles son hábitos y preferencias de consumo antes de respondernos esa pregunta.
Para lo cual es necesario realizar pruebas y experimentos, acordémonos que aún no existe un nuevo modelo consolidado, que nos permita predecir hacia dónde se moverán las tendencias.
Centrarnos en un escenario de hiper colaboración para desarrollar un modelo de distribución urbana adecuado para cada ciudad y armar mesas de trabajo en la que involucremos a actores públicos y privados al mismo tiempo nos ayudara a buscar soluciones en conjunto, serán pieza clave.
Pero, pese a todo ello, la logística urbana se mueve para hacer frente a un nuevo escenario, en el que cobra más importancia la integración de la actividad de reparto y distribución en la trama urbana, algo que requiere de una mayor racionalización en el uso de la infraestructura pública, así como una apuesta decidida por una actividad más sostenible tanto desde un punto de vista medioambiental, como desde el plano económico.
