Por Saida Ortiz, directora de canales para Vertiv Latinoamérica
Existen dos realidades que recientemente han marcado el desarrollo de la industria de centros de datos en Latinoamérica: la crisis externa y el crecimiento.
Por un lado, el 2022 ha demostrado ser un año excepcional para la industria regional en términos de nuevas inversiones para la construcción, la expansión o la renovación de centros de datos, especialmente en hiperescala y coubicaciones.
La firma Arizton indica que, en los pasados dos años, el mercado de centros de datos latinoamericano experimentó inversiones de $6030.000 millones y se espera que esta cifra aumente a $9110 millones para 2027. Entre los ejemplos, se encuentran las inversiones que los gigantes de Microsoft, Amazon Web Services, Odata, Ascenty y Equinix anunciaron a finales de 2021.
En este contexto, Mordor Intelligence estima que el mercado de construcción de centros de datos latinoamericano registrará una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) del 7,52% desde ahora hasta 2026. De acuerdo con la firma, esta demanda de infraestructura se debe al crecimiento de las tecnologías avanzadas, como los centros de datos definidos por software y el IoT.
IDC también presenta un cuadro optimista para el mercado de TI en la región. Sus estimaciones señalan que la industria cerrará el 2022 con un crecimiento del 9,4% en el segmento empresarial (sin tomar en cuenta el mercado consumidor), lo cual posiciona el sector como un motor económico regional.
Las proyecciones de ambos consultores sostienen que la penetración de las tecnologías en la región —como la red 5G, la computación en el borde y el IoT— exigirán un mayor procesamiento de datos en los próximos años, lo cual impulsará el crecimiento del mercado.
Sin embargo, esto ha ocurrido a la vez que la crisis externa y las fuertes presiones económicas amenazan la región. Para la industria de centros de datos, algunos factores como el aumento en los precios de los combustibles y una crisis global en la cadena de suministros se traduce en retrasos en los proyectos de construcción y renovación, materias primas más costosas y una gran incertidumbre.
En una situación compleja como esta, resulta fundamental que los diferentes protagonistas en la industria —los fabricantes, los distribuidores y los socios— formen “alianzas con un propósito”, con el fin de unir fuerzas para aprovechar el momento que la industria está experimentando y crear nuevas oportunidades de negocio, mientras se superan los desafíos económicos externos.
Para Vertiv, estas alianzas significan trabajar hombro a hombro con sus socios en la región y ofrecerles acceso exclusivo a los recursos que contribuirán a generar crecimiento. Estas alianzas se basan en tres pilares esenciales:
