Por Margarita Castro, Profesora del Departamento de Ingeniería y de Sistemas de la UC
Vivimos en un mundo que es incierto. Todo va cambiando, desde el clima hasta el precio del dólar. Ante esto, hoy más que nunca las empresas y el sector público enfrentan importantes dificultades al momento de tomar decisiones. Influyen una variedad de factores: temas de logística, programación de tareas, presupuestos, regulación, entre muchos otros. Y esto impacta a todas las industrias.
En este escenario, la oportunidad está en la inteligencia artificial. Las organizaciones pueden hoy desarrollar sistemas inteligentes que puedan evaluar diferentes escenarios y soluciones. La clave para avanzar está en los datos, que nos permiten crear algoritmos que nos entreguen predicciones cada vez más precisas. Mientras más data, el sistema se adecua a diferentes circunstancias y nos propone más soluciones a un potencial problema.
Cuando se impulsa de forma correcta, la inteligencia artificial potencia el talento humano para tomar mejores decisiones. Ya lo estamos viendo en la medicina, por ejemplo, donde la inteligencia artificial -gracias a una gestión eficiente de la data- está apoyando a los médicos para entregar diagnósticos más certeros.
Otro ejemplo de cómo la inteligencia artificial permite mejorar la toma de decisiones y, por lo tanto, los procesos, es el transporte público. ¿A quién no le ha pasado que está esperando una micro y llegan dos iguales al mismo tiempo y con demora? Esto es completamente evitable a través de los sistemas inteligentes. Hoy existen softwares y algoritmos para entregar un mejor servicio.
El sistema de transportes cuenta hoy con la data, pero no con el sistema inteligente que le permita procesar de forma adecuada esos datos. ¿Por qué? porque no se toma en cuenta el factor de incertidumbre. Es decir, por ejemplo, si va a haber congestión o un accidente. Hoy, los GPS instalados en los buses y la información satelital nos permiten capturar información en tiempo real, lo que entrega la capacidad al sector público no solo tomar decisiones más efectivas, sino que también para incluso prever potenciales escenarios. Esta información permite testear una multitud de escenarios diferentes y el algoritmo va aprendiendo, lo que le permite ofrecer cada vez mejores soluciones en la programación de buses.
Estos son solo dos ejemplos de cómo hoy la inteligencia artificial nos permite enfrentar la incertidumbre. Hay muchísimos más. Chile tiene actualmente una gran oportunidad de liderar en este ámbito. Para ello, el trabajo conjunto entre el sector privado y público es fundamental.
