Hendrik van Nievelt Pattillo: Los Hiper, los otros ganadores en la pandemia

Hombre sonriendo cruzado de brazos

Los analistas han destacado al comercio electrónico como el gran beneficiado por los cambios en los hábitos de compra de los consumidores. Euromonitor, por ejemplo, destaca el crecimiento de 50% que experimentó el sector en Chile durante el año 2020, señalando que habría conseguido en un año la expansión que se preveía para cinco.

Pero pocos han reparado en el escenario positivo que ha significado esta pandemia para el rubro de los hipermercados.


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El temor al  contagio provocó un cambio drástico en los hábitos de compra. Al contrario de la tendencia de los últimos años, el consumidor disminuyó su frecuencia de visita  y aumentó su ticket promedio. Ahora quiere adquirir todo en un solo lugar y ojalá en una sola visita semanal. Este es justamente el beneficio central del hipermercado.

El comprador prefiere ahora salas con mayor surtido, más amplias y donde exista mayor distancia física entre las personas. Otra variable relevante es la seguridad del abastecimiento, busca salas que cuenten con suficiente stock de su producto preferido o de marcas alternativas. El surtido, la certeza de encontrar lo que requiere y el espacio pasan a ser variables más importantes que la cercanía al hogar u oficina y el tiempo en sala. Los locales más pequeños, ubicados en el centro de las ciudades o en zonas de alto tráfico ceden participación en la canasta de compra porque la variable ubicación pierde importancia.

El mix de consumo también ha cambiado disminuyendo las ocasiones de compra asociadas a celebración que motivan una parte relevante de las visitas a los locales más pequeños.

Esta tendencia natural a compras más espaciadas se ha acentuado con las restricciones legales que limitan la circulación en la cuarentena. La autoridad sanitaria ha intentado restringir la movilidad de la población disminuyendo tanto las salidas como el tiempo de  permiso. Además, ha cerrado centros comerciales, multitiendas y locales comerciales, que a su juicio no venden productos esenciales. Estas restricciones han obligado al consumidor a adquirir productos de tecnología, vestuario y librería en los hipermercados, que sí han permanecido abiertos por su expendio de alimentos.

Una vez que la vacunación inmunice a la población se verá cuántos de estos cambios en la conducta del consumidor se revierten y cuáles serán definitivos. Lo que sí está claro es que los locales de reposición y cercanía tendrán que hacer un esfuerzo importante para cautivar nuevamente a un cliente que se ha fugado hacia los hipermercados obligado por la pandemia y las restricciones legales.

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