La pandemia ha aumentado a niveles históricos las compras online. Sin embargo, la experiencia digital aún adolece de una carencia que, hasta ahora, sólo está mayoritariamente en la tienda física: allí los consumidores pueden tocar y probar los productos antes de comprarlos, lo que les permite determinar si cumplen con sus expectativas.
Hoy existe una oportunidad única para cerrar esa brecha. El impulso de nuevas tecnologías como la realidad aumentada (AR), el vídeo de 360°, el contenido en 3D y la realidad virtual (RV) permiten una interacción más “tangible” de las personas con los productos y las principales marcas de consumo ya están invirtiendo en ellas. Según un estudio realizado por Accenture, el 64% dijo estar empezando a invertir en experiencias de inmersión para e-commerce. Sin embargo, muchos no están invirtiendo a escala o de una forma conectada a través del negocio.
Las personas confían en las experiencias de inmersión para cerrar la brecha sensorial para ellos y proporcionar los «puntos de prueba» de compra que necesitan para evaluar un producto digitalmente. De acuerdo con el reporte de Accenture, casi la mitad de los consumidores pagarían extra por un producto si pudieran personalizarlo o adaptarlo mediante tecnologías de inmersión. Además, tres de cada cinco consumidores esperan comprar más de marcas que les permitan utilizar estas tecnologías para interactuar con los productos y evaluarlos.
Como muestra el informe, la oportunidad para las empresas de aumentar los ingresos a través de las tecnologías inmersivas es clara. Además, cuando los consumidores pueden probar, tocar y comprar productos en línea con confianza, están más satisfechos y, por lo tanto, es más probable que se conviertan en clientes habituales y promotores de marca. Más clientes satisfechos significa menos devoluciones. Y menos devoluciones reducen los gastos de reposición, la tensión operativa y de recursos y los impactos ambientales. Todo este valor comienza con las marcas que invierten en experiencia de usuario.
En ese escenario, es fundamental que las compañías reimaginen el comercio. Los consumidores están listos. La mayoría de las personas está viviendo experiencias alimentadas por tecnologías de inmersión en sus vidas diarias, en todo, desde el uso de filtros de medios sociales hasta ver transmisiones deportivas. Y por eso, esperan lo mismo al momento de intercambiar con una marca. El momento de avanzar hacia un e-commerce más interactivo es ahora.
