Exportar desde Chile en medio de la incertidumbre económica

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«Exportar desde Chile en medio de la incertidumbre económica» es el tema que nos proponen desde Solunion.

Por Nadia Troncoso, jefa de informaciones de riesgos de Solunion


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Recientemente, el Índice de Incertidumbre Económica de Clapes UC experimentó un incremento notable, reflejando la variación más marcada desde finales de 2022. Los sucesos políticos, económicos y sanitarios de los últimos años han impulsado la inestabilidad a niveles históricos, tanto en Chile como a nivel global.

Exportar desde Chile en medio de la incertidumbre económica

Desde el mercado internacional, la incertidumbre en relación a Chile es una realidad que impacta negativamente las decisiones de inversión, producción y consumo de los agentes. De acuerdo con la Investigación Económica de Allianz-Trade, el país se sitúa en un nivel de riesgo medio, ya que, a pesar de ser clasificado como una economía de altos ingresos de la OCDE, muestra factores políticos y económicos que podrían dar lugar a una inestabilidad.

En medio de este contexto, las empresas exportadoras necesitan demostrar su estabilidad, reputación y éxito hacia el mercado internacional, para lo cual hacer una correcta gestión de sus riegos es fundamental. Muchas de estas empresas que operan B2B (de empresa a empresa), venden sus productos a través de líneas de crédito con sus clientes, por lo cual la gestión de riesgos crediticios es imperativa. 

Además de esto, puede proteger a la empresa exportadora de diversas situaciones en un contexto económico volátil. El más frecuente es el impago de los clientes por los productos o servicios suministrados, lo cual puede generar problemas de liquidez y dificultades para hacer frente a los pagos a proveedores o cumplir con otros compromisos de crédito. Asimismo, pueden surgir desafíos relacionados con fluctuaciones en los tipos de cambio, que pueden afectar los ingresos generados por las exportaciones y complicar el pago de las deudas contraídas en monedas extranjeras.

Las repercusiones de una mala gestión de los riesgos crediticios pueden ser significativas para las empresas exportadoras. En casos extremos, la acumulación de deudas impagas y la falta de liquidez pueden llevar a la insolvencia, lo que puede resultar en la quiebra y cierre de la empresa. Además, las repercusiones pueden extenderse a su reputación, afectando su capacidad para establecer relaciones comerciales sólidas y confiables en el futuro, lo cual potenciado por la incertidumbre económica, puede resultar irremediable. 

La clave para exportar en medio de este contexto es que las empresas reciban asesoramiento desde el principio y adopten medidas proactivas contra los riesgos asociados a las transacciones financieras. Esto implica llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre los potenciales clientes antes de establecer relaciones comerciales, examinar su historial financiero y evaluar su capacidad para cumplir con sus obligaciones económicas. Además, resulta fundamental establecer políticas claras de otorgamiento de crédito y monitoreo de los pagos, para mitigar los riesgos y protegerse ante la posibilidad de incumplimiento.

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