En busca de un buen jefe

Felipe Vega, Fundador de CECANI

«En busca de un buen jefe», es el tema que nos propone Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de divulgación y capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.

Lo supimos desde siempre en el Tercer Sector: los bueno jefes catapultan la productividad de sus equipos de trabajo. Sin embargo, no se poseía la cuantificación de su positivo impacto.


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Hoy eso cambio: En las universidades del Sur de California y Chicago Booth descubrieron que reemplazar un mal gerente por uno fuerte equivale a agregar un quinto empleado a un equipo de cuatro.

Más aún: los gerentes individuales representaron entre 25 y 35 por ciento de la variación en la productividad a nivel de tienda.

Ahora, los gerentes aplicaron sus habilidades de varias maneras. Los datos indican que aquellos que obtuvieron altas ventas de sus empleados también hicieron un mejor trabajo al controlar los costos de energía del empleador. Más aún: a los directivos que les fue bien en tiempos de crecimiento estable también presentaron resultados positivos durante una época económica turbulenta.

Por supuesto, los mejores gerentes tuvieron un mayor impacto en los ingresos de una tienda productiva respecto a una que no lo es. Sin embargo, si hubieran estado en las mejores pisos de ventas el incremento sería de tres a seis por ciento más rotación de inventario.

Sin importar las limitaciones de este estudio, en el que no hay datos concluyentes de porqué la rotación de buenos gerentes a malas tiendas, por ejemplo, ni razones de su rotación, lo importante está en centrarnos en un hecho crucial: el buen gerente genera mayor productividad del equipo de trabajo.

Vivimos ahora una lucha por el talento. Pero esto no se limita a dominar ciertas habilidades o tener determinados conocimientos, sino a la capacidad intrínseca para elevar la productividad de los equipos de trabajo y desatar la auto responsabilidad mientras crecen las aportaciones e innovación, por ejemplo.

La búsqueda de nuestra era está en centrarnos en personas con una gran dosis de automotivación, creatividad y proactividad para “contagiar” al resto del equipo de trabajo. Así, juegan un rol trascendental quienes lograr establecer grupos diversos e inclusivos, quienes consideran la participación de grupos subrepresentados y también quien cree que el empoderamiento en cada posición laboral es uno de los mejores motivadores.

Las actuales dotes de liderazgo tienen que ver con la empatía, capacidad de escucha activa, negociación y comunicación. Es decir, quien ostenta habilidades blandas capaces de crear ambientes de trabajo armónicos.

No se trata sólo de cumplir reglas como la NOM 35, sino de crear ambientes donde se catapulten los dones y destrezas de los grupos de trabajo, que el liderazgo lo ostenten las personas con habilidades capaces no sólo de responder los retos actuales de omnicanalidad y mayores demandas de los consumidores, sino que puedan responder a las demandas de futuras irrupciones.

Aunque aparezca como una óptica simplista, se requieren buenos jefes: personas buenas con capacidad de empatizar y escuchar a los otros, capaces de comprender la vulnerabilidad y la personalidad de cada uno de sus colaboradores y poderles recordar que poseen talentos y misiones únicas en la vida. La bonhomía cobra protagonismo en cada sector empresarial y hasta en el piso de ventas.

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