Un reciente estudio de Deloitte, denominado “Mujeres en el Trabajo 2022”, reveló una preocupante imagen país. Según el informe, el 60% de las mujeres que trabajan en entornos híbridos, es decir, con modalidad presencial y telemática, sienten que han sido excluidas de reuniones importantes en sus trabajos, además de enfrentarse a niveles alarmantes de agotamiento.
Esto no es nada nuevo. Otro análisis, realizado por cuatro académicas de Pensilvania en Estados Unidos, concluyó que las mujeres realizan más de 200 horas al año en tareas denominadas de “trabajo invisible”.
El ejemplo de esta labor la dio conocer este grupo de mujeres que formaron “The No Club”, una alianza para negarse a realizar labores que las mujeres están automáticamente designadas para realizar. Una de sus integrantes detectó que sus compañeros iban sin cuaderno a las reuniones y ella siempre tenía que tomar notas para todos los miembros.
Investigaciones norteamericanas señalan que cuando un hombre dice que no a una tarea, se asume que está ocupado. Mientras que cuando una mujer se niega a cierta labor, se interpreta de forma negativa.
Estos trabajos invisibles también tienen que realizarlos las mujeres en su ámbito privado. Según el estudio de “Mujeres en el Trabajo 2022”, un 53% de las encuestadas indica que presentan niveles de estrés más altos que hace un año y un 46% se siente completamente agotada. Esto debido, en gran parte, a que también deben hacerse cargo de la mayoría de las tareas al interior de sus hogares.
Según Katherine Suzarte, encargada del estudio de Deloitte, “en Chile las mujeres perciben un impacto cuando trabajan en modalidad híbrida, ya que sienten que la valoración hacia ellas se ve limitada cuando optan por este beneficio”. De hecho, el 94% de las participantes también cree que “al trabajar de manera híbrida, afectará su probabilidad de promoción en su trabajo”.
Estos análisis vienen a revelar la preocupante situación de las mujeres en el ambiente laboral. También hace un llamado a las empresas a tomar atención de sus integrantes mujeres, ya que naturalmente están siendo desplazadas en los ambientes laborales, por el simple hecho de ser mujeres.
Una de las conclusiones más interesantes del “The No Club”, no es solo mostrar la alternativa de que las mujeres se pueden negar a quehaceres que los hombres no suelen hacer, sino que lo principal es que las organizaciones valoren las tareas extras que las mujeres hacemos.
Reconocimientos permanentes, promociones hacia labores más importantes, valoración del tiempo libre y otros elementos que destacan la labor femenina, son esenciales para reducir el agotamiento mental que muchas mujeres sienten en sus espacios de trabajo.
También debemos exigir a ciertos hombres que se restan de pequeñas labores en la oficina o el trabajo. Es importante que haya una postura de buena voluntad de todas las partes, para equiparar tanto las tareas fundamentales del trabajo como aquella labor “invisible” que las mujeres realizamos.
