Rubén Salazar: El impacto humano de las remesas internacionales

remesas internacionales

Cuando era niño en El Salvador en los años 80, la gente que vivía en pobreza extrema se definía como aquellos «que gastan su poder adquisitivo diario en comida e igual se van a dormir con hambre». Ahora la definición es una función de ingreso diario indexado a dólares estadounidenses. Según datos del Banco Mundial, desde 1990 al 2015, el índice global de pobreza extrema —aquellos que viven con menos de USD 1,90 al día— bajó un promedio de un punto porcentual completo por año; de cerca del 36% al 10%. Uno de los factores en esta reducción es el hecho que, durante el mismo período, el valor acumulado de remesas de todo el mundo a países de ingresos bajos y medianos (LMIC, por sus siglas en inglés) fue de USD 4,7 billones.

En 2019, el valor total de las remesas enviadas por unos 200 millones de trabajadores migrantes a sus países de procedencia fue un récord de USD 706 mil millones —y de estos, USD 554 mil millones se enviaron a países LMIC. Para 2021, se proyecta que las remesas a países LMIC alcancen los USD 589 mil millones. Las remesas además han más que triplicado el valor de la asistencia dada para el desarrollo oficial a dichos países. Y a pesar de las predicciones de una posible recesión al inicio de la pandemia, el flujo de remesas bajó menos de un 2% en 2020, evidencia increíble de la resiliencia de los trabajadores migrantes.


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Espero que la demanda de remesas digitales aumente en el mundo pospandémico. Un estudio reciente de Visa llevado a cabo en EE. UU indicó que cerca de un cuarto (23%) de los adultos encuestados ya ha enviado dinero desde EE. UU. a otro país, y el 15% del total de los adultos encuestados planea enviar dinero a otro país dentro del próximo año.

Estas cifras se mantienen a pesar de que el proceso para enviar remesas aún puede ser fragmentado, en términos de tecnología, modelos económicos, proveedores y experiencias del usuario. Los trabajadores migrantes usan una variedad de métodos, proveedores, intermediarios, agentes y canales para enviar sus remesas y dar apoyo financiero a sus familias todos los meses.

Detrás de los millones

En teoría, los cientos de millones de dólares que los trabajadores migrantes envían cada año a sus familias en otros países es impresionante. Pero en realidad, detrás de esas cifras hay cientos de millones de personas; personas trabajadoras que hacen todo lo posible para asegurarse de que sus seres queridos tengan lo que necesitan. A nivel mundial, se calcula que 800 millones de personas reciben remesas para pagar cosas como comida, servicios públicos y educación; y el método para enviarlas no siempre lo ha hecho fácil.

Personalmente, estoy íntimamente familiarizado con los desafíos de enviar remesas internacionales a familiares. En el 2000, migré a Estados Unidos para aceptar un trabajo en Citibank. Ocho años después, mi carrera me llevó a España y más tarde a Singapur. Durante las primeras semanas en cualquier país nuevo, una pregunta recurrente que tenía era: «¿Cómo hago para enviarle dinero a mi familia?». La respuesta, no obstante, rara vez ha sido la mismo en dos lugares cualquiera.

He tenido que ir a supermercados, completar siete formularios y esperar a que el cajero confirme la transmisión. He tenido que ir a sucursales bancarias a identificarme físicamente con documentos de identificación nacionales para que se pudiera iniciar la transacción. He ido a pequeños proveedores de servicios de remesa que me garantizaban mejores tasas de cambio. Y he usado varias aplicaciones y sitios web.

Como consumidor, mis decisiones siempre estuvieron basadas en la velocidad, costo y seguridad de la remesa. Pero cada experiencia de usuario me dejó con cierto grado de estrés y frustración. Los proveedores más grandes de servicios de remesa estaban limitados por la tecnología de esa época. Por supuesto, ahora las cosas se mueven más rápido con nuevos proveedores de servicios de remesa tecnofinancieros que están acelerando su transformación digital. A pesar del gran progreso tecnológico, todavía queda espacio para mejorar —para que la experiencia del usuario sea mejor y que los costos bajen. Y en Visa estamos haciendo nuestra parte. Visa Direct aporta escala global, seguridad y eficiencia a los pagos P2P internacionales, ayudando a que los trabajadores de la economía gig accedan a pagos en tiempo real y algunas de las aplicaciones P2P más conocidas. En asociación con proveedores globales de servicios de remesa, Visa Direct ayuda a facilitar el envío y recepción de remesas digitales al simplificar los pagos internacionales, creando nuevas oportunidades para la inclusión financiera y la creación de riqueza. Un ejemplo es un anuncio que hicimos a principios de esta semana con el Canadian Imperial Bank of Commerce (CIBC) y Simplii Financial que están usando Visa Direct Payouts para remesas internacionales y pagos B2C como parte de su servicio Global Money Transfer.

El alto costo de las remesas

Las remesas digitales están logrando un gran progreso en costos en muchas áreas, pero todavía hay ciertas barreras. Por ejemplo, los requisitos regulatorios podrían generar barreras de entrada para proveedores nuevos que podrían mejorar la experiencia del usuario y dar transparencia al movimiento de dinero.

Inclusión digital como la nueva migración urbana

Durante la revolución industrial, la migración masiva fue a áreas urbanas; áreas con grandes fábricas que ofrecían trabajo estable, vivienda asequible, electricidad, mejores condiciones de vida y la oportunidad de prosperar. En la revolución digital, la gente busca conectividad y tecnología. No importa demasiado dónde uno esté, siempre y cuando esté conectado.

La mejor contribución que puede hacer el ecosistema es acelerar la inclusión financiera, y uno de sus componentes básicos es agilizar el proceso de las remesas digitales.

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