El gran reequilibrio tras la pandemia

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La pandemia ha acelerado la digitalización y ha obligado a las compañías a llevar conectividad a todos los rincones, para permitir que, incluso en contextos de aislamiento total y restricciones de movilidad, las economías de todo el mundo pudieran continuar funcionando.

Sin duda, estos nuevos entornos digitalizados han provocado cambios en nuestras formas de vivir; por ejemplo, hoy en día vemos más compras y trámites online, la educación dio un salto hacia entornos más digitalizados y la salud integró nuevas tecnologías que eficientan los procesos.


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La pandemia

Pero sin duda, uno de los mercados que evolucionó más rápidamente tras la pandemia fue el laboral. Aunque frecuentemente se habla del “futuro del trabajo”, la realidad es que la demanda de flexibilidad y autonomía son parte del “presente” y se han disparado entre los empleados de todo el mundo. Como resultado, las empresas -tanto las grandes como las startups de rápido crecimiento- se han encargado de crear un modelo de trabajo que no solo permita a los colaboradores tener más opciones, sino que también defienda una cultura empresarial inclusiva y conectada en un panorama en evolución.

El trabajo híbrido -que permite a los trabajadores elegir entre dos o más entornos diferentes para trabajar, en función de lo que más les convenga- se ha convertido en un elemento básico de la vida laboral moderna. Mientras que, para algunos, alejarse de los horarios de trabajo tradicionales ha sido una transición fácil, para otros, este reequilibrio ha provocado una desconexión con los compañeros y ha desdibujado los límites entre el trabajo y la vida personal.

Lo que ha quedado claro es que el mundo del trabajo ya no puede tener un enfoque de «talla única».

Para María José Barreda, Market Director de WeWork Chile, el trabajo híbrido ya no es una tendencia, sino que una realidad a la que las compañías y colaboradores deben hacer frente. “Los líderes deben crear ahora estrategias progresivas para alinear las expectativas de los directivos con las de los demás colaboradores”, explica.

La ejecutiva de WeWork además añade que aquellas estrategias corporativas que estén basadas en la confianza, la flexibilidad y la capacidad de elección van a permitir que las compañías avancen, entendiendo que esas prácticas serán claves para que las empresas sigan siendo competitivas y logren atraer y retener a los mejores talentos.

Cristián Tala, emprendedor, inversionista ángel y advisor, coincide con estos planteamientos: “Un modelo de trabajo ‘flexible’ no sólo es flexible respecto del lugar desde donde se trabaja, sino que, por, sobre todo, se adapta a las necesidades de los empleadores y sus colaboradores, acercando los intereses y expectativas de ambas partes”.

“El modelo híbrido no sólo permite destinar espacios a la transmisión de conocimientos, generar vínculos entre los diversos equipos de trabajo o planificar grandes proyectos, sino que, a la vez, mantiene la eficiencia de los tiempos, permite la organización del trabajo remoto y le entrega la confianza de una mayor flexibilidad a los colaboradores, lo que les permite cumplir mejor con sus metas. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que incluso la empresa más ágil -en cuanto al uso de esta metodología- necesita que algunas actividades se realicen presencialmente”, concluye Tala.

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