«El Futuro de los negocios está en las apps (no en la web)», es el tema que nos propone Carola Aliaga, ejecutiva de Rocket Lab.
Las versiones web de las tiendas están destinadas a desaparecer. Puede sonar radical, pero la explosión de las aplicaciones está provocando una nueva ola de cambios en la forma en que compramos, vendemos y nos conectamos con clientes y empresas. Les cuento por qué.
Lo primero es el mayor engagement. Las aplicaciones permiten a las empresas interactuar de manera más efectiva con sus clientes, ofreciendo una experiencia personalizada y altamente inmersiva. Desde notificaciones push hasta recomendaciones basadas en el historial de compra, las aplicaciones móviles pueden mantener a los usuarios comprometidos de manera constante.
En comparación, las versiones web de las tiendas tienen dificultades para mantener el mismo nivel de compromiso. Los usuarios a menudo visitan sitios web desde navegadores móviles, donde la experiencia es menos optimizada, y es más fácil para ellos distraerse o abandonar la página. Las aplicaciones móviles, por otro lado, están diseñadas específicamente para dispositivos móviles y ofrecen una experiencia más fluida y atractiva.
Otra razón importante es que los datos demuestran que las personas tienden a comprar con más frecuencia a través de aplicaciones en comparación con sitios web. Esto se debe en parte a la comodidad de tener una tienda siempre a mano en sus dispositivos móviles.
Además, las aplicaciones móviles pueden aprovechar la información de usuario almacenada, como la información de pago y las preferencias de compra, para simplificar aún más el proceso de compra y aumentando la conversión.
Luego, las aplicaciones móviles ofrecen un alto grado de personalización que las versiones web simplemente no pueden igualar. Utilizando datos de usuario y algoritmos de aprendizaje automático, las aplicaciones pueden ofrecer recomendaciones de productos altamente relevantes para cada usuario. En contraste, las versiones web de las tiendas a menudo tienen dificultades para ofrecer una experiencia de compra tan personalizada. Los datos de los usuarios son menos accesibles, y la interacción es menos fluida en un navegador móvil.
Por otra parte, las aplicaciones móviles brindan a las empresas un acceso inmediato a sus clientes. A través de notificaciones push, las empresas pueden enviar mensajes directos a los dispositivos móviles de los usuarios, informándoles sobre ofertas, promociones y actualizaciones de productos.
Las versiones web, en cambio, dependen en gran medida de que los usuarios visiten activamente el sitio. Esto limita la capacidad de las empresas para llegar a los clientes de manera efectiva y puede resultar en una menor visibilidad de las promociones y novedades de productos.
Por último: la comodidad como prioridad. Las aplicaciones ofrecen una experiencia de usuario más sencilla y rápida. Las personas no tienen que escribir URLs, buscar información de inicio de sesión o navegar por menús complicados. En su lugar, pueden abrir una aplicación y acceder instantáneamente a lo que necesitan.
El mensaje es claro: si las empresas desean mantenerse competitivas en el mundo digital, deben abrazar la movilidad y centrarse en desarrollar aplicaciones móviles que proporcionen experiencias excepcionales a sus clientes.
