Por Argenis José González Salas. Abogado. Ex Presidente de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Gracias al cosmopolitismo humano, hoy en día los migrantes y exiliados pueden ir y volver a su país. Ya no estamos en las épocas anteriores, cuando los que salían se radicaban en el exterior y sufrían una inmensidad antes de lograr la vuelta a su patria. Ahora son otros tiempos hasta el punto que muchas personas viven más tiempo en los hoteles y los aviones que en sus propiedades inmuebles, tal como les ocurre a los artistas, o a los inversores internacionales. Para eso ha evolucionado la humanidad.
Se puede compartir la vida en países diferentes casi que al mismo tiempo. Los que aprenden a manipular los mercados mundiales se adaptan y se trasladan casi como lo hacen otras personas para vivir en ciudades dormitorios y salir de madrugada al trabajo en otras ciudades para retornar en la noche o hacerlo tras varios días fuera del hogar. La tecnología permite que la vida sea diferente, a la de muchas otras personas que en el pasado salieron a lejanos países para emprender una vida nueva.
Gracias a los adelantos en el transporte sobre todo la aviación y antes los barcos los movimientos son posibles y es factible mantener relaciones humanas a pesar de las inmensas distancias. Muchas personas ahora que están lejos, hablan más con sus familiares que cuando convivían bajo el mismo techo.
