Ejerce un buen liderazgo de cara al futuro

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En poco tiempo muchos cambios se han producido y, ante esta transformación empresarial se requiere un buen liderazgo. Las grandes empresas ya no buscan jefes, demandan líderes. Personas con la capacidad y habilidad para influir en los demás a lograr los objetivos esperados en un nuevo escenario.

Algo positivo de la pandemia es que ahora somos más rápidos para gestionar los cambios, más eficientes en nuestro trabajo y con nuevas habilidades para gestionar diversos modelos de trabajo y cooperación con otros equipos. Esto demanda una cultura integradora en las organizaciones, donde todo el mundo tenga cabida y esté impulsado por propósitos reales y medibles.


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Según expertos estamos en la quinta revolución industrial, donde el ser humano y la tecnología están más unidos que nunca. Y la piedra angular de esta revolución es la innovación que nos permite conectar y comprender mejor el uso de esta tecnología y su propósito.

Estas nuevas herramientas deben servir para impulsar las conexiones humanas a un nivel más profundo, favorecer la autonomía, la creatividad y el crecimiento. El papel del líder debe favorecer que las personas y los equipos tengan éxito en este nuevo entorno.

¿A quién lideramos?

Los líderes gestionamos procesos, operaciones y gente, el qué, el cómo y el quien. En el quien lideramos a gente. La gente pide otras cosas además de un salario justo. Tienen en mente otros beneficios además de mayor flexibilidad y autonomía para realizar su trabajo. Buscan desarrollar una carrera profesional, la oportunidad de formarse en otros aspectos y ejercitar nuevas habilidades, y como mejorar su vida y aportar a la sociedad. Aspiran a trabajar por un propósito, no solo por un sueldo.

Debemos reconocer y adaptarnos a estas necesidades y, a la vez, trabajar de forma conjunta para conseguir el éxito.

Las empresas que no atiendan a estas necesidades latentes sufrirán pérdida de talento o problemas de retención a largo plazo y, en esta ocasión, el papel del líder es esencial para realizar esa transición. Según el informe “El futuro de los Recursos Humanos. Lecciones de los pioneros” de KPMG, ahora el talento es más accesible y diverso, lo que genera nuevos niveles de innovación que acabarán afectando al futuro y traerán consigo bastantes más cambios de los vividos hasta ahora.

Líderes del futuro

Ante esta demanda de la gente, se desafía a los enfoques existentes de liderazgo y se requiere una nueva forma de liderar, de gestionar el talento. No más jefes, sino líderes con la responsabilidad de habilitar a sus colaboradores, y permitirles desarrollar su máximo potencial.

Uno de los grandes miedos es que en menos de 5 años muchos empleos desaparecerán por la digitalización, así pues, como líder debes dirigirlos hacia el futuro, revisando las necesidades reales que se puedan encontrar en el camino y prepararlos para ello.

Otra de las funciones del líder del futuro es conectar con las personas de forma real. Establecer lazos de comunicación efectivos y tratar a cada colaborador como un ser humano y no un número o máquina. Dejar atrás las pautas preestablecidas por Recursos Humanos de cómo deben ser las conversaciones. Por ejemplo, mostrar interés real en las metas personales, sus aspiraciones, preguntar por los hijos…

Cada persona tiene un estilo relacional y forzarlo puede causar el efecto contrario. Es importante que cuando hagamos una pregunta haya un interés real en la respuesta y si no, mejor no hacerla. Estas cosas se perciben.

El informe a que no referimos, basado en encuestas a varios líderes innovadores en la nueva transformación de la gestión de personas, afirma que es importante tener una estrategia centrada en los colaboradores, dándoles más peso y diseñando una Propuesta de Valor en base a sus necesidades.

Para concluir, debemos ser más conscientes de que modificar la forma de trabajar es ya inevitable. Tras la implantación del trabajo híbrido, los problemas de desconexión y la necesidad de programas específicos para la retención de talento, es evidente que el liderazgo también debía evolucionar.

Como profesionales, nuestro motor interno nos impulsa al crecimiento, algunos de forma más abrupta y rápida, y otros de forma más lenta pero segura. Independientemente de en qué equipo estemos, una cosa si tenemos clara: aquellas empresas que no apuesten por poner en el centro al colaborador no podrán luchar por los mejores talentos.

Si lideras a un equipo está en ti ir implementando estos aspectos e ir impulsando al área de Recursos Humanos sobre la evolución de esta estrategia. La unión hace la fuerza.

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