«Economía circular al alza», es el tema que nos propone Yesenia Aragón Arellano, directora de educación en Fundación Breteau México.
La economía circular es un modelo económico que promueve el crecimiento y el empleo sin comprometer el medio ambiente. Tiene tres principios: eliminar residuos y contaminación, mantener productos y materiales en uso y regenerar sistemas naturales.
Entre sus beneficios está el crecimiento económico, ya que la economía circular ofrece oportunidades de creación de valor al abordar ineficiencias estructurales en las cadenas de suministro.
También genera puestos de trabajo en sectores como la remanufactura y el reciclaje y contribuye a la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Paradojas y oportunidades
Sin embargo, solo el 8.6% de la economía mundial cumple con los principios circulares. Así enfrentamos retos en el procesamiento de productos al final de su vida útil.
Si consideramos que la economía circular busca erradicar los residuos no solo de los procesos de fabricación, sino con una gestión ajustada, de forma sistemática, a lo largo de los ciclos de vida y usos de los productos y sus componentes, encontramos que se trata de una oportunidad de ahorro y emprendimientos.
Por ejemplo, los ciclos ajustados de uso y reutilización de componentes y productos, ayudados por el diseño del producto, ayudan a definir el concepto de economía circular y a distinguirlo de la economía lineal de tomar-fabricar-desechar, que desperdicia grandes cantidades de materiales incrustados, energía y mano de obra.
Aplicación de la economía circular
Existen diversas formas de retener más valor de los materiales, la energía y los insumos laborales utilizados en los productos. El reacondicionamiento y el reciclaje son de las acciones más populares para lograrlo. La primera opción recupera prácticamente todos los insumos empleados mientras el reciclaje permite la reutilización del 80% de ellos.
En una economía circular, el objetivo de los componentes duraderos, como los metales y la mayoría de los plásticos, es reutilizarlos o actualizarlos para otras aplicaciones productivas a través de tantos ciclos como sea posible.
Este enfoque contrasta marcadamente con la mentalidad lineal incorporada en la mayoría de las operaciones industriales actuales. Incluso la terminología de cadena de valor, cadena de suministro o usuario final expresa una visión lineal de tomar-hacer-desechar.
Es momento de modificar la visión consumista y lineal.
Retos industriales
Las compañías ahora intensifican los compromisos climáticos y buscan adquirir materiales con menor intensidad de emisiones que sus equivalentes convencionales. Pero la capacidad de producción de muchos de estos materiales, sin embargo, parece estar destinada a ser escasa para la demanda futura. Las proyecciones apuntan a faltantes globales de plástico reciclado, por ejemplo.
Ahora, las compañías que no tengan un abastecimiento suficiente de materiales verdes podrían verse obligadas a pagar fuertes primas de precio, o de lo contrario no podrán cumplir sus promesas, con el potencial riesgo que ello implica para las relaciones con sus clientes, inversores y otros actores.
De hecho, el aumento de la demanda ya empuja los precios de ciertos tipos de plástico reciclado muy por encima del costo de las resinas vírgenes.
Por lo pronto, elaborar una base de referencia sobre emisiones y precios de insumos, definir una estrategia que reduzca las emisiones progresivamente, e implementar planes de abastecimiento a gran velocidad son acciones preventivas para anticiparse a la escasez de insumos verdes.
Compras verdes
Asimismo, se observa la creciente demanda de los consumidores de productos con bajas emisiones. Esto podría permitirles a los industriales ampliar sus márgenes y capturar una mayor cuota de mercado.
Alcanzar el nivel de descarbonización requerido implica no solo recortar las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) de sus propias operaciones, conocidas como de alcance 1 y 2, sino también las de sus cadenas de valor (alcance 3).
Las emisiones de alcance 3 constituyen del 80 al 90 por ciento del total asociado a numerosos productos finales, y una gran porción de esas emisiones tienen lugar en etapas previas de la cadena de abastecimiento como consecuencia del uso de energía y de los procesos industriales. En respuesta, las compañías están demandando mayores cantidades de insumos bajos en carbono, desde materias primas hasta componentes sofisticados.
Acciones inmediatas
El reto más significativo de la economía circular, sin embargo, está en generar una cultura de sustentabilidad. Y uno de los públicos más importantes en este cambio de mentalidad lineal a circular se encuentra en los niños. Ese segmento poblacional se visualiza ya como el gran catalizador de cambios en la manera de producir, gestionar y consumir bienes.
Así, emergen distintas propuestas para involucrar a los pequeños grandes actores en cambios culturales trascendentales.
Por ejemplo, The Breteau Foundation busca inspirar y empoderar a un millón de niños de primaria en todo el mundo para que tomen medidas contra la contaminación por plástico. Se asociaron con los creadores de la serie de televisión con Miraculous: las aventuras de Ladybug con un episodio especial sobre el plástico llamado Acción.
Se elaboró un conjunto de recursos para docentes completo, fácil de usar y gratuito. Con el conocimiento adecuado, los niños podrán convertirse en promotores del cambio e iniciar un movimiento global para el uso responsable del plástico. Los materiales educativos gratuitos están en esta liga: www.breteaufoundation.org
Las posibilidades de emprendimientos en torno a la economía circular crecen día a día en distintos sectores económicos de México y del mundo.
