E-commerce y exportaciones: ¿oportunidad o problema?

Ecommerce day, retail

Nicolás Leal-CEO de LAP Marketplace

Actualmente, según cifras de la Subsecretaría de Relaciones Internacionales, existen aproximadamente 1.294.136 empresas en Chile. De ellas, 235.569 son Pequeñas y Medianas Empresas – sin considerar las micro empresas-, pero solo el 1,6% de ellas exporta, lo que es una cifra sin duda preocupante y, al mismo tiempo, una gran oportunidad.


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Si analizamos las exportaciones de Chile durante los últimos años, veremos que aproximadamente un 50% de ellas corresponden a la minería y la otra mitad está representada, en gran medida, por productos a granel. Más aún, si dejamos fuera el vino embotellado, las exportaciones de valor agregado o de productos terminados casi no aparecen en las estadísticas de exportación nacional.

Tanto en el sector público como privado se han hecho esfuerzos para incentivar a las pequeñas y medianas empresas a exportar, y si hay algo que la pandemia evidenció, tanto en Chile como a nivel mundial, es que abrirse a nuevos mercados a través de Marketplaces globales es, actualmente, una de las estrategias más potentes y exitosas para sobrevivir a mercados adversos. Pero ¿estamos preparados para masificarlo?

Hoy con la revolución digital existen todas las herramientas tecnológicas para vender fácil y rápido en distintos mercados simultáneamente, además de esfuerzos que hemos hecho entre privados e instituciones públicas para democratizar las exportaciones y diversificar la matriz exportadora mediante la venta de valor agregado; sin embargo, nos encontramos con trabas que ralentizan el proceso y que impiden una escalabilidad rápida de todas las marcas, lo que nos demuestra que debemos trabajar en políticas públicas que permitan avanzar al ritmo que la digitalización y el e-commerce necesitan.

Dentro de las principales adversidades, vemos inconsistencias en Aduanas globales, vacíos legales en los sistemas tributarios para vender directamente en distintos mercados a consumidores finales y problemas para justificar la recepción de pagos internacionales, que se suman a diversas otras en los distintos países con los que nos ha tocado trabajar. Eso significa una importante pérdida de recursos, incumplimiento de plazos, pérdida de oportunidades reales y un gran sentimiento de frustración, especialmente si las empresas no tienen un acompañamiento y asesoría de expertos.

En un mundo donde el 20% de las ventas totales del retail corresponden a ventas online (en China un 52.1%), y donde se proyecta que el e-commerce durante los próximos cinco años siga creciendo a tasas anuales promedio de 12% (habiendo crecido un 26% en 2020), es imposible continuar en las mismas condiciones. Es muy importante adelantarse y empezar a desarrollar políticas de Estado entre naciones para disminuir las trabas legales y barreras arancelarias, además de implementar herramientas de cooperación tributaria para ventas minoristas a través de canales digitales, tanto en los tratados de libre comercio existentes como en los que vengan. Si queremos depender en menor medida de la minería, el valor agregado y los canales digitales globales sin duda son el camino; sin embargo, hasta el momento la realidad nos muestra que la tecnología ha avanzado mucho más rápido que los sistemas regulatorios.

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