Dicen tanto que el futuro del retail pasa por las «tiendas experienciales»

LAUREANO TURIENZO ESTEBAN - industria del retail

Por: Laureano Turienzo Esteban – CEO Retail News trends, Profesor.

Estoy fuera. No entiendo algo que corona casi todos los estudios y teorías contemporáneas sobre el retail.


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Si lo piensas bien, en verdad es absurdo calificar como «experiencial» una tienda: no puede aplicarse a un objeto (a una tienda), algo que está basado en la subjetidad humana, y que depende de infinitos factores (del estado de ánimo, de las condiciones materiales donde se den, de factores exógenos…). En definitiva; una misma tienda puede ser percibida como algo memorable (para bien) por una persona, y al siguiente día a esa misma persona puede parecerle tan indiferente que apenas le preste atención.

Yo creo que lo de «tiendas experienciales» es simplemente un eslógan tras el que no hay nada. Un libro con una portada magnífica, y cuando lo abres, te encuentras solo hojas en blanco. Una tienda donde te atienden fatal es también una «tienda experiencial»…..Una experiencia pésima.

Las tiendas son aburridas, divertidas, caras, baratas, bien y mal ubicadas, con una gran atención al cliente y una atención pésima, Tiendas adaptadas a un mundo digital, y tiendas que no lo están. Hay tiendas buenas, malas, regulares, indiferentes, y todas experienciales. Esto último sin excepción.

Para mi padre es infinitamente más «experiencial» una ferreteria de barrio, que una tienda «ultratecnológica y supradisruptiva». ¿Es más «experiencial» el Gran Bazar de Estambul o una flagship de Nike?

Todas las tiendas del mundo, desde el inicio de los tiempos, y en la actualidad, son, han sido, y serán tiendas experienciales. El acto de comprar es una experiencia en sí. Beber, respirar, comerte un Frigopie es una experiencia. Las experiencias pueden ser buenas, malas, regulares, y todo lo anterior a la vez. El hecho de pasarte media hora en la cola de la caja para pagar es una experiencia del demonio.

Retail experiencial, tiendas experienciales, es pura tautología.

Y lo peor es que nos lo presentan como algo disruptivo, protorevolucionario: «la tendencia son las tiendas experienciales».

¿Los mercadillos navideños son experienciales? ¿Fue experiencial la tienda del chino de mi barrio cuando todo estaba cerrado y él estaba abierto para mí?

¿Es «experiencial» vender papel higiénico en un supermercado?

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