“Desconectar apps de manera masiva podría lograr un real efecto de presión en Rusia y su gobierno”

Nicolás Silva, experto de Asimov Consultores advierte que la medida, eso sí, tiene un punto negativo; podría fomentar la propaganda interna y con ello, los ciudadanos no tendrían cómo contrarrestar la información con noticias del exterior.

 

La pauta ha seguido de cerca los hechos que relacionan la ciberseguridad con lo que acontece en Europa del Este. Poco antes de la invasión rusa, Ucrania fue el blanco de continuos ciberataques: en 2020 recibió 397.000, en 2021 cerca de 289.000 y días previos a la guerra, el país denunció graves ataques cibernéticos por parte de Rusia, que incluyeron un software malicioso, el cual borró datos de miles de computadores. Luego, vino la declaración de “guerra cibernética” de diversos grupos bajo el pseudónimo de Anonymous a Rusia, hackeando, en defensa de los ucranianos, los sitios web de la televisora RT, del gobierno ruso y del Ministerio de Defensa.


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Nicolás Silva, director de Tecnología de Asimov Consultores, empresa que desarrolla apps, software e inteligencia artificial, sostiene que la tecnología también es un arma de guerra y que incluso puede llegar a considerarse de carácter terrorista. “Hoy, prácticamente, todos los servicios están gestionados mediante la red, por lo que cualquier hackeo podría inhabilitar sistemas claves; la única forma de evitarlo es mediante la realización de hacking éticos en forma periódica, ya que sabemos que el único sistema cien por ciento seguro es el que está desconectado a internet”, asegura el ingeniero civil de la Universidad de Chile y máster en TI de la Universidad de Carnegie.

Otro de los temas que vinculan a la tecnología conectada a internet con la contingencia, tiene que ver con el impacto que ha generado el bloqueo económico de occidente al Kremlin. Con el comienzo de la invasión, las grandes tecnológicas -al igual que otras empresas de diversas industrias-, en señal de protesta, dejaron de operar en el país del presidente Vladímir Putin. Lo hizo Alphabet, la empresa matriz de Google, Meta Platforms estableció bloqueos y restricciones en sus redes sociales Facebook e Instagram, Samsung ya no vende sus dispositivos tecnológicos, Apple canceló la venta de sus productos físicos, Microsoft suspendió sus servicios y así una lista que cada día aumenta y en la que se encuentran más marcas como Dell, Intel, Oracle, Nokia y Nintendo.

“Desconectar aplicaciones de manera masiva podría lograr un real efecto de presión en Rusia y su gobierno, siempre y cuando todas las empresas tecnológicas se alineen, de lo contrario el impacto sería ínfimo. Esta desconexión, sí, tiene un punto negativo, y es que podría fomentar la propaganda interna, ya que va a ser difícil contrarrestar la información que reciben los ciudadanos de fuentes internas con las noticias del exterior.”, advierte el ejecutivo de Asimov Consultores.

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