Cultura de resiliencia organizacional para sobrevivir a las amenazas cibernéticas

Christian Echeverría

Por Christian Echeverría, gerente general de ITQ latam

Hoy en día, dada la velocidad de los cambios y los ciclos económicos más cortos, la resiliencia organizacional es un pilar fundamental para poder adaptarse a los cambios y perdurar en el tiempo, lo cual se traduce en la capacidad de una organización para anticipar, prepararse, responder y adaptarse al cambio exponencial y a las interrupciones repentinas para sobrevivir y prosperar.


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Ahora bien, si este concepto lo llevamos a la ciberseguridad, es aún más importante, considerando la rapidez de los cambios en esta área y cómo las empresas tienen que ir adaptándose e incorporando las nuevas tecnologías y conocimientos para estar al nivel del desarrollo de las amenazas y así dar una respuesta que permita superar exitosamente los desafíos.

Tarea nada de simple, ya que es muy desgastante responder a las amenazas de manera permanente y dar continuidad operacional al negocio o servicio. Muchas veces las organizaciones no alcanzan a internalizar los nuevos procesos, cuando ya están tratando de implementar otros más nuevos aún.

En este punto es donde las empresas tienen que poner mayor énfasis en asegurar que los cambios y la internalización de los nuevos conocimientos y procesos queden en la organización y no generen caos o desorden, lo que ciertamente puede conllevar una consecuencia negativa. Por este motivo, las empresas tienen que poner los esfuerzos en tener una cultura de resiliencia organizacional sólida.

Pero ¿qué significa aquello? En concreto, se trata de implementar las mejores prácticas de la industria para anticipar, resistir, recuperar y adaptarse a los eventos disruptivos que ponen en riesgo la actividad de la empresa u organización en el ciberespacio.

En ese escenario, el reto más importante que tienen las organizaciones en el campo de las ciber-amenazas tiene que ver precisamente con implantar una cultura de resiliencia organizacional sólida, capaz de poder incorporar los nuevos conocimientos y establecer los nuevos procesos en la velocidad que requieren los cambios, sin olvidar que éstos tienen que ser internalizados por toda la organización de manera transversal para poder ser efectivos.

Por último, es vital considerar que en el mundo que hoy, las organizaciones están en constante cambio y riesgo, siendo su propia responsabilidad adaptarse a las nuevas tendencias. Así, adoptar una cultura de resiliencia organizacional es el gran desafío que tienen las empresas para poder ser sustentables en el futuro.

 

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