Créditos sociales y seguridad: abrazando el mundo de las calificaciones

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Prof. Chengyi Lin-Profesor asociado de estrategia en INSEAD y experto líder en transformación digital

Los seres humanos somos animales sociales por naturaleza. Siempre hemos estado buscando señales sociales para determinar si interactuar entre nosotros y cómo hacerlo. Históricamente, estas señales sociales pueden incluir: apariencias (como ropa y accesorios), palabras y voces, expresiones faciales y lenguaje corporal, por nombrar solo algunas. A pesar de muchos esfuerzos, no pudimos desarrollar un sistema numérico efectivo para medir qué tan ‘buena’ o ‘mala’ es una persona’. Confiamos principalmente en nuestros juicios individuales para las interacciones sociales para evaluar la confiabilidad de uno. En ciertos países y sectores, por ejemplo, los sistemas financieros y los sistemas de justicia penal, están disponibles algunos registros y métricas limitados. Pero solo pueden proporcionar ‘puntuaciones’ o registros sobre un puñado de muchos aspectos de la vida.


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Eso fue antes de la revolución digital. Hoy en día, las interacciones digitales y las redes sociales han puesto a disposición muchos más datos e información sobre varios aspectos de la vida de un individuo. Las plataformas digitales alojan datos que van desde preferencias individuales (p. ej., cuentas de Facebook y Pinterest) hasta comportamientos de los consumidores (p. ej., actividad de Amazon, Netflix y Google) y desde expresiones individuales (p. ej., Twitter, TikTok e Instagram) hasta ofrecer nuestros pensamientos a un público más amplio. audiencia en línea, como revisiones y recomendaciones agregadas de pares (por ejemplo, LinkedIn, Uber y Reddit).

Cada plataforma digital puede poseer un conjunto específico de datos. Con base en esos datos, podrían desarrollar una comprensión profunda de nuestros comportamientos en esos aspectos de nuestras vidas. Una vez que se reunieron todos los datos disponibles, comienza a surgir una imagen más integrada: un nuevo concepto llamado ‘gemelo digital’. Un gemelo digital es una representación digital del individuo físico en términos de sus datos. Estos datos históricos integrados podrían describir cómo nos comportamos como personas. Yendo un paso más allá, estos datos históricos también podrían usarse para medir nuestra confiabilidad o incluso ‘predecir’ nuestros comportamientos futuros.

Nace el concepto de sistema de puntuación social. Esta evolución de un sistema de crédito de alcance limitado a un sistema de puntaje social mucho más amplio fue impulsada principalmente por necesidades emergentes, como nuestras necesidades de seguridad y confianza entre los mundos físico y digital. Sin embargo, la velocidad acelerada del proceso fue posible gracias a las tecnologías digitales, como Internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA). Estas tecnologías conectan e integran el mundo físico y el digital a través de los datos. Un nuevo sistema que puede comprender mejor nuestros comportamientos sociales está prácticamente en desarrollo. Ahora, la pregunta es, ¿deberíamos perseguirlo?

Un aspecto de responder a esta pregunta es cómo sopesar las ventajas y desventajas, tanto explícitas como implícitas, de este nuevo sistema. Pero es más facil decir que hacer. Muchos beneficios digitales podrían ser inmediatos y atractivos, como la comodidad y la rentabilidad, mientras que los riesgos permanecen ocultos, como la privacidad y la seguridad. Hasta ahora, hemos visto un aumento continuo de la adopción digital en todos los sectores. Lo que no está claro es si los consumidores siempre están tomando decisiones informadas y conscientes.

Un segundo aspecto es la ciencia y la tecnología. Debido a la gran cantidad de datos de entrada, el sistema de puntuación social se basará en el aprendizaje profundo o incluso en tecnologías de IA generales más avanzadas para procesar los datos y generar información. ¿Tenemos suficiente investigación científica para alimentar el algoritmo con «los conjuntos de datos correctos»? ¿Cuáles son los mecanismos para garantizar que los resultados de estos algoritmos sean confiables y explicables?

Un tercer aspecto crítico es la gobernanza del sistema de puntuación social. ¿Quién debe operar el sistema? ¿Quiénes y cómo podemos gobernar efectivamente el órgano operativo? ¿Cuáles podrían ser las medidas para evaluar el sistema en sí? En este caso, las medidas de producción, como el número de puntuaciones individuales proporcionadas, la penetración de la población total o los márgenes de beneficio, no serán suficientes. Necesitamos evaluar continuamente el organismo operativo y asegurarnos de que tenga integridad, benevolencia y competencia, que son los tres componentes centrales de la confianza.

La conclusión es que la confianza es tanto la base como el resultado de un sistema de puntuación social. Nuestro objetivo final es comprender mejor y generar confianza en el nuevo mundo que integra lo físico y lo digital.

La confianza varía según los países y las culturas. El Edelman Trust Barometer 2020 mostró un aumento general de un punto en el índice de confianza global. Pero los 26 principales varían significativamente en el mismo índice de confianza. Hemos observado resultados similares en los propios resultados de la encuesta de Kaspersky. Por ejemplo, con la excepción de Japón, las personas en general confiarían en el gobierno y las empresas para almacenar sus datos. Sin embargo, cada país varía en cuanto a su confianza en estos dos organismos.

Si es apropiado o no diseñar e implementar dicho sistema requiere una cuidadosa consideración. La decisión dependerá de las compensaciones que la sociedad esté dispuesta a hacer, a quién la sociedad esté dispuesta a confiar sus datos y cómo se gobernará y operará el sistema.

Hemos visto esta decisión tomada por cada país durante la crisis del COVID19. Si hacer cumplir el confinamiento, si implementar un sistema de seguimiento y localización digital y cómo hacerlo: la respuesta a estas preguntas varía según el país.

Del mismo modo, dada la variación en el contexto de cada país, un sistema global de puntuación social puede no ser factible. Le corresponderá a cada país, al menos en el corto plazo, tomar sus propias decisiones en función de su contexto único. Para las personas, es importante tomar decisiones informadas sobre sus propios datos: quién puede almacenarlos y usarlos, quién puede compartirlos, con quién se comparte y en qué circunstancias, y cuáles son los impactos en su vida. Más allá de los datos en sí, también es importante prepararse y considerar si participar y cómo participar en un sistema de puntuación social en caso de que se implemente en su país.

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