Controles reforzados: ¿una amenaza a la privacidad?

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La Unión Europea anunció que realizarán controles reforzados a ciertas plataformas digitales, con la finalidad de hacer frente a la circulación de discursos de odio y/o la desinformación.

Por Ariel Jeria, gerente general de Rompecabeza


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Hace algunos días, la Unión Europea anunció que realizarán controles reforzados a ciertas plataformas digitales, con la finalidad de hacer frente a la circulación de discursos de odio y/o la desinformación que son emitidas y replicadas a través de este tipo de aplicaciones. La noticia genera varias interrogantes, sobre todo relacionadas a qué tan lejos pueden llegar este tipo de medidas y si podría representar una amenaza a la privacidad y/o confidencialidad de las empresas.

Controles reforzados: ¿una amenaza a la privacidad?

Esto, porque aquellas plataformas digitales con más de 45 millones de usuarios tendrán que someterse a auditorías anuales y respetar ciertos procedimientos para enfrentar la desinformación y los discursos de odio. Quienes no se ajusten a lo requerido por la ley, arriesgaran multas que podrían llegar al 6% de sus ingresos globales y podrían enfrentar una prohibición temporal para poder operar en el espacio europeo. 

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Desde el punto de vista de los usuarios, la iniciativa parece adecuada, pues busca cuidar el acceso a información fidedigna y el respeto a las personas. Sin embargo, la innovación en materia de desarrollo tecnológico resulta un activo primordial para destacarse en un mercado tremendamente competitivo, aspecto que podría verse comprometido si las empresas se ven forzadas a dar a conocer sus “recetas secretas”.

Las afectadas por estos controles, que empezarán a aplicarse a partir de fines de agosto, son 19 plataformas, entre las que se encuentran TikTok, Twitter, Linkedin, así como también a las empresas asociadas a gigantes de internet como Meta (dueña de Facebook  e Instagram), Google y Microsoft y a las que, eventualmente, podrían sumarse otras. 

La iniciativa se desprende de dos nuevas leyes que adoptó la Unión Europea: Una relacionada a los Servicios Digitales y otra orientada a Mercados Digitales, que entró en vigor en noviembre del 2022, donde define ese umbral de 45 millones de usuarios al año para distinguir a aquellas que por su tamaño son consideradas «sistémicas» y, que por lo mismo, requieren una observación especial.

Dado lo anterior ¿Qué están dispuestas a dar a conocer las empresas para seguir operando en la Unión Europea? Tanto los algoritmos que utiliza cada una, como la información que almacenan de cada usuario y la forma en que utilizan dicha información, forma parte de la propiedad intelectual de cada una. O sea, son parte de su privacidad, sus “recetas secretas”.

La vulnerabilidad o publicación de información sensible, no es un tema menor y puede promover el surgimiento de otras aplicaciones similares a las que existen, con una cantidad de usuarios menor que no las obligue a ser sometidas a estos controles forzados. De hecho,  sin la aplicación de esta norma, ya hay casos similares, con Telegram frente a Whatsapp o Mastodon frente a Twitter.

Por el momento se desconocen detalles de qué datos pedirá la Unión Europea y qué tanto estarán dispuestas a ceder las compañías, pero la alerta ya se ha levantado.

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