¿Cómo va el envío de mi paquete?

Ana Peña

Hasta hace poco dábamos por sentado que cualquier producto podía estar a nuestra disposición en todo momento porque se trataba del envío de un paquete; no hacía falta más que dar unos cuantos clics para recibir las compras del día en la puerta de nuestras casas.

Estábamos acostumbrados a ignorar por completo la complicada logística que estaba detrás del envío de nuestro paquete. Pero cuando una pandemia se apareció en nuestras vidas, y de repente todo tipo de productos empezaron a escasear —desde papel de baño y gel antibacterial, hasta consolas de videojuegos y automóviles—, todo el mundo not´ó la importancia de las cadenas de suministro, mejor conocidas como supply chains. Hoy, diversas empresas se enfrentan a un reto sin precedentes que consiste en reequilibrar la supply chain para poder satisfacer una demanda de mercancías que se fue por los cielos durante las peores etapas del Covid-19.


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Para comprender por qué las cadenas de suministro se saturaron durante la pandemia, quizás haga falta echarle un vistazo a su funcionamiento de principio a fin.

El intrincado camino del envío de un paquete

Cuando compras una computadora en línea y al día siguiente llega a tu casa, aquí únicamente estamos hablando de la parte final del supply, aquella en donde el producto es llevado hacia ti. Pero hay toda una historia detrás de tu laptop.

Para empezar, la computadora está hecha de muchísimas piezas, así que el primer paso es que diversos fabricantes las manufacturen; una vez elaborados los componentes, algún OEM (fabricante de equipo original, en este caso la empresa de computadoras) adquiere las piezas, y en sus fábricas crea la computadora. Posteriormente entra la parte de logística, donde se distribuyen las computadoras en miles de tiendas y/o bodegas; y por último entras tú, el consumidor final, en donde los productos son vendidos y entregados al destino final.

Hasta aquí, todo es aparentemente funcional, pero, ¿qué pasaría, por ejemplo, si los fabricantes de componentes no pudieran cumplir con la creciente demanda de mercancías? Precisamente aquí es donde recae la problemática actual de la supply chain: empresas de todos los sectores requieren ‘X’ producto, pero la industria no tiene capacidad para satisfacer la demanda.

Con la aparición de modelos híbridos y nuevos patrones de consumo, la necesidad de ciertos productos incrementó, pero las cadenas de suministro no estaban preparadas. La escasez mundial de semiconductores tuvo sus orígenes con esta situación; ha sido tanta la necesidad de chips, pues cada vez más todo se parece a una computadora, que actualmente su escala de fabricación no alcanza para cubrir la demanda. Una de las industrias que más ha sufrido por este golpe es la automotriz. De acuerdo con Statista, solamente en 2021 se tuvo que suspender la producción global de 11 millones de autos, precisamente por la ausencia de semiconductores.

El talón de Aquiles de la cadena de suministros

Tendemos a creer que todas las problemáticas actuales que enfrentan las cadenas de abastecimiento son obra de la pandemia. Pero factores como el cambio climático, la creciente urbanización o la incertidumbre económica y política, ya habían aumentado la cantidad de riesgos en nuestras logísticas; sin embargo, por mucho tiempo las empresas prefirieron ignorarlas. Los cuellos de botella son un reflejo de debilidades a las cuales nunca se les prestó atención; la pandemia no hizo más que revelar los huecos más profundos y problemáticos de nuestras supply chains.

Al principio esta situación fue como una bofetada en la cara, pero ahora se ha convertido en una oportunidad para detectar los sesgos del pasado y crear cadenas mucho más resilientes y sostenibles.

¿Hay solución?

Empresas alrededor del mundo se han visto en la necesidad de replantear el enfoque de sus cadenas de suministro, poniendo ahora la sostenibilidad por encima de la practicidad. El hecho de planificar el supply preocupándose solamente por ahorrar costos, ignorando por completo todas las vulnerabilidades presentes, no hace más que establecer cadenas insuficientes y poco preparadas para el futuro. Hoy, las empresas agregan mucho más valor liderando iniciativas tecnológicas y estratégicas de manufactura y logística, así como prefiriendo el nearshore que el off-shore.

A pesar de que el panorama aún pinta complicado al menos durante los próximos dos años, ya hay diversas empresas e iniciativas que están marcando la pauta para establecer cadenas de suministro a la altura de las nuevas necesidades de la industria y del mercado. Por ejemplo, desde 2021, en Estados Unidos ha habido un importante aumento en las inversiones de la industria de los semiconductores para crear fábricas de tecnología de punta y centros de investigación y desarrollo, y según la administración de Joe Biden, la cantidad hacia 2025 podría aumentar hasta los 80 millones de dólares.

Remediar la problemática de la supply chain será un gran desafío, pero una visión enfocada en la digitalización, en el uso de tecnología, en la diversificación, que seguramente nos ayudarán a impulsar la esperada resolución del conflicto. Y a que el envío de tu paquete se realice en tiempo y forma.

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