Por Claudia Pichuante, Senior Manager de Strategy & Consulting de Accenture Chile
Hay muchas definiciones sobre lo que es ESG (ambiental, social y de gobernanza), dependiendo de con quién se hable o cuál sea su enfoque. Sin embargo, lo que está claro es que estos criterios son hoy centrales para la evaluación que hacen de las empresas todos los stakeholders, ya sea inversionistas, colaboradores, proveedores, socios y la sociedad en su conjunto. En pocas palabras, son una medida general de cómo hacer un buen negocio con un impacto positivo entre las personas, la sociedad y el planeta.
Hoy las políticas ESG son fundamentales para enfrentar lo que se ha llamado la Gran Dimisión. La crisis de talento era grave antes de la pandemia, y es peor ahora. En un estudio reciente de Accenture, más del 90% de los trabajadores a nivel mundial dijo que estaba evaluando cambiar de empleo e incluso de profesión.
Mientras la crisis de talento hace estragos en todas las industrias, hay toda una reserva de trabajadores que potencialmente se está pasando por alto. Estos «trabajadores ocultos» tienen habilidades y un fuerte deseo de trabajar y aprender. Entre ellos se encuentran profesionales “más maduros”, que muchas veces son “discriminados” por su edad; inmigrantes y refugiados, y las personas con discapacidades físicas, problemas de salud mental o de desarrollo. Así también, hay mucho talento entre aquellas personas que pertenecen a los grupos menos favorecidos. Un estudio reciente de Accenture mostro que el año pasado había más de 27 millones de trabajadores ocultos sólo en Estados Unidos.
Entonces, si las organizaciones miran las cosas desde el punto de vista de la ESG, de verdad, hay una solución obvia. Adecuar las habilidades de los trabajadores ocultos a las carencias de talento no ocultas. Esta es la esencia del espíritu ESG, cuidar de las personas y la sociedad. Este talento oculto posee hoy la capacidad y el interés de aprender las nuevas habilidades que serán necesarias para mantenerse competitivos en el mundo laboral que se viene, donde trabajar en conjunto con las nuevas tecnologías será clave. Y el mundo privado y público tienen un gran rol que cumplir.
La pandemia cambió radicalmente la forma de trabajar y las empresas están revisando sus estrategias de atracción y retención de talento. Esta es una gran oportunidad para impulsar lugares de trabajo que sean realmente inclusivos. Y esto no es sólo importante porque es lo correcto, sino que también porque de esa forma las organizaciones pueden alcanzar mayor crecimiento.
Según un estudio reciente de Accenture, las empresas que impulsan la inclusión y diversidad de forma efectiva potencian en cinco veces la productividad de sus colaboradores. Para capturar esta oportunidad, las organizaciones deben impulsar cuatro factores clave: que los colaboradores tengan influencia sobre las decisiones; que sean respetados por sus compañeros y gerentes; que se sientan cómodos al plantear una necesidad y recibir el patrocinio de un líder de alto nivel que les ayude a avanzar y crecer.
Hoy, la sustentabilidad y la calidad de vida debe ser el eje central de toda estrategia laboral. Esta es la única forma en que las empresas podrán atraer y retener el mejor talento en los próximos años.
