Claudia Pichuante: La “nubificación” del lugar de trabajo

Proyectos que quedan atascados

Por Claudia Pichuante, Senior Manager de Strategy & Consulting de Accenture Chile

La forma en que las personas utilizan e interactúan con los espacios físicos y digitales en el trabajo lleva años evolucionando. De hecho, el impacto de la tecnología digital en el lugar de trabajo es una historia que lleva décadas gestándose. Pero lo que ha cambiado recientemente es el crecimiento de la nube. Las empresas han reconocido la eficiencia, escalabilidad, resiliencia y rendimiento que aporta esta tecnología.


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Esta “nubificación” del lugar de trabajo sigue creciendo. Y, a medida que las empresas adaptan sus estrategias de infraestructura al emergente mundo de cloud, se enfrentan al reto de no sólo implementar estas plataformas de nube en continua evolución, sino también de garantizar que todo el negocio pueda utilizar todas sus capacidades para impulsar el crecimiento.

Por supuesto, nadie puede ignorar el otro gran motor de cambio reciente en el lugar de trabajo: la pandemia. Obligó al mundo a un gigantesco experimento de trabajo a distancia. Y ha surgido un modo de trabajo omnicanal o híbrido. Esto no sólo está impulsando una forma de trabajar más tecnológica, sino que también está afectando la forma en que las organizaciones construyen y mantienen una cultura coherente.

El nuevo espacio de trabajo impulsado por cloud se caracterizará por tres elementos clave. El primero es la integración. Cloud Continuum ofrece a las empresas un cambio radical en potencia computacional, almacenamiento de datos, generación de conocimiento y la accesibilidad a la información. El reto está en encontrar una forma de reunir todo esto de manera que funcione para los empleados en sus actividades diarias. Se trata de darles las herramientas y los conocimientos adecuados, de la manera correcta, a través de los dispositivos y plataformas adecuados.

Una de las formas más eficaces de hacerlo puede ser dar más palancas de control a los propios individuos. Por ejemplo, ahora hay una serie de plataformas de bajo código o sin código que democratizan la empresa digital, permitiendo a los trabajadores potenciar su propia toma de decisiones, automatizar sus propios procesos o resolver sus propios problemas empresariales con datos.

Esto pone el poder de la automatización y el conocimiento de los datos en manos de las personas que, en última instancia, pueden hacer el mejor uso de ellos, en el momento en que más lo necesitan. Es cierto que no todos los trabajadores tienen los conocimientos necesarios para utilizar estas plataformas desde el principio, y las empresas deben considerar programas de formación y perfeccionamiento para sacarles el máximo partido.

Así también, se debe impulsar la integración en el lugar de trabajo. Incluso hoy en día, los trabajadores suelen tener que enfrentarse a un entorno fragmentado, con docenas de soluciones en silos que se utilizan para diferentes actividades diarias. Las organizaciones líderes están empezando a construir sistemas de diseño inteligente que den al trabajador lo que necesita cuando lo necesita. Así, en lugar de tener que ir a 20 aplicaciones diferentes para hacer su trabajo, pueden acceder a las herramientas que necesitan a través de su correo electrónico o la herramienta que más utilizan. Se trata de instrumentar el lugar de trabajo para permitir que el trabajo se realice de una manera más integrada.

El segundo elemento clave es la conectividad. Cloud permite hoy reducir la fricción en el lugar de trabajo. Y a medida que todo se conecta, se abren cada vez más oportunidades. Cuando los activos y sistemas en el lugar de trabajo son capaces de reunir y transmitir datos, el conocimiento de la información se transforma.

Tomemos algo como el uso de espacios. En el pasado, si querían entender cómo se utilizaban sus edificios, las organizaciones tenían que emplear a personas para recorrer las plantas, validando que los escritorios estuvieran ocupados, que las salas de reuniones se utilizaban, y demás. Pero gracias a la nube, ahora es relativamente sencillo conectar los puntos entre diferentes sistemas, averiguar quién está haciendo qué y dónde, en cualquier momento, y analizar esta información en tiempo real.

Dando un paso más allá, la empresa puede construir un «gemelo digital» (una representación digital en tiempo real) de todo su lugar de trabajo físico. Los conocimientos generados pueden ser transformadores, no solo para el uso eficiente de la infraestructura física, sino también para otras actividades, como la planificación de la capacidad, el consumo de energía, y la aplicación de protocolos COVID.

Otro ejemplo es lo que se puede lograr en la identificación. Muchos protocolos y sistemas empresariales todavía se están poniendo al día en este aspecto. Hoy casi todos los empleados -y también todos los invitados- que entran en el lugar de trabajo tiene un smartphone de alta potencia en su bolsillo, muchos de los cuales contienen funciones de seguridad biométrica. Junto con Cloud Continuum, ahora es totalmente posible utilizar el teléfono inteligente como una tarjeta de identificación para autenticar a las personas y darles acceso a los espacios y sistemas que necesiten.

El tercer elemento es la data. Gran parte de lo que hacemos en los espacios digitales produce datos. Y, cada vez más, lo mismo ocurre en los espacios físicos. Con las modernas tecnologías de análisis, cada vez es más posible extraer señales de la fuerza de trabajo y de este gran volumen de información. De hecho, es probable que pronto podamos construir gemelos digitales en tiempo real de personas, al igual que hacemos con los edificios y los sistemas. De esa forma podemos identificar qué capacidades necesita potenciar o cuáles son sus principales talentos.

Así también, si se dispone de los datos adecuados, en tiempo real, y del modelo correcto de datos, pronto será posible desarrollar sistemas que puedan detectar las señales de agotamiento o insatisfacción de los trabajadores en el momento en que se producen -quizá incluso antes de que el individuo se dé cuenta- e intervenir en consecuencia.

A medida que las empresas desplazan su infraestructura digital hacia la nube, se abren nuevas posibilidades para la infraestructura física y del lugar de trabajo. Y es mucho más que una cuestión de tecnología. Con una estrategia centrada en el ser humano, las empresas pueden optimizar el lugar de trabajo en beneficio de los que más importan, las personas que trabajan en él.

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