¿Por qué tendemos a hablar como nuestro interlocutor?

Hablar

Según publica el portal ambito.com No importa de dónde se provenga ni qué tipo de idioma se hable, si se conversa por más de diez minutos, es muy probable que el acento propio se desdibuje y comience a parecerse al del interlocutor.

El responsable de este caso es un fenómeno conocido como «convergencia linguistica», algo que opera en nuestro cerebro y, en menor o mayor medida, a todos nos pasa.


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Zuzana Erdösová, profesora de lingüística de la Universidad Autónoma del Estado de México, sostiene que «cuando nos referimos al cambio de acento, a la forma en que pronunciamos, estamos hablando de convergencia fonética».

En declaraciones a BBC Mundo, indicó que «no se nos pega únicamente el acento cuando escuchamos hablar a otras personas, sino que también adoptamos su léxico. Es decir, las palabras que son típicas para un cierto grupo o para cierta región».

Esta incorporación de los términos que emplea el otro, o la forma en que articula una frase, como construye su estructura, es lo que se nos termina adhiriendo en nuestras expresiones.

La imitación del acento tiende a ser un acto inconsciente en nuestra mente, pero la adopción de la estructura gramatical (como usar la forma activa o pasiva de un verbo, por ejemplo) y el vocabulario que usa nuestro interlocutor, tienden a ser una elección.

La especialista indica que las razones del cambio en el discurso son varias, pero uno de los motivos está vinculado a la aceptación social: «Dentro de cada sociedad imperan ciertas relaciones, jerarquías, y las personas con mayor conciencia de esto, adecúan su hablar para logar aceptación».

«Si yo decido converger con la forma en cómo pronuncia la otra persona, es porque busco integración y cierto empate identitario, mientras que si hacemos lo contrario, estoy marcando conscientemente una distancia social entre mi interlocutor y yo», diferenció.

Lacy Wade, profesora de Lingüística en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, coincide en que la gente cambia —consciente o inconscientemente— su discurso para mostrar afiliación con la otra persona: «Es una forma de decir: ‘¡Hey, soy como tú!’ Es una forma de mostrar que te gusta o que quieres agradarle».

Otra de las razones de la convergencia está vinculada a nuestro afán de comunicación: «Nos comunicamos mejor cuando estamos en la misma sintonía, cuando usamos las mismas palabras, porque entendemos mejor a quien suena como nosotros», se explicó.

Finalmente, se menciona una «consecuencia cognitiva automática de la comprensión del lenguaje», ya que «cuando escuchamos hablar a alguien, guardamos esos sonidos en nuestra memoria, y esos sonidos influencian luego nuestro propio discurso».

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