Neuromarketing: Memoria de trabajo VS memoria a corto plazo

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La memoria es un proceso psicológico básico que nos permite registrar, almacenar y evocar recuerdos o cualquier tipo de información (visual, auditiva, táctil…).

Cada una de las memorias existentes cumple una función -clasificación funcional de la memoria-. Aquí, hablaremos de las diferencias entre dos de ellas: la memoria de trabajo u operativa y la memoria a corto plazo.


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Memoria de trabajo: ¿qué es?

La memoria de trabajo (MT), o memoria operativa, se define como ‘el conjunto de procesos que nos permiten almacenar y manipular la información, con la idea de realizar determinadas tareas cognitivas, normalmente complejas, como serían: la lectura, las habilidades numéricas o matemáticas, la comprensión del lenguaje, el razonamiento o el aprendizaje’.

Para algunos autores, la memoria de trabajo es un tipo de memoria a corto plazo, aunque el debate sigue abierto.

Utilizamos la memoria de trabajo cuando, por ejemplo, necesitamos recordar los diferentes horarios de trenes y buses y ajustar las reuniones de ese día para llegar a coger al menos el último de la jornada. Así, la memoria de trabajo opera con elementos que existen en nuestra memoria para generar otros nuevos. Estos nuevos pueden ser producto de los anteriores y ser de nuevo utilizados, por ejemplo, para seguir haciendo cálculos.

Memoria a corto plazo: ¿qué es?

La memoria a corto plazo (MCP), junto a la memoria a largo plazo (MLP), es una división propuesta por los psicólogos cognitivos Atkinson y Siffrin (1968), Waugh y Norman (1965) y Hunt (1971). Para descubrirlas y describirlas, se basaron en ciertas observaciones empíricas que sugerían la existencia de dos mecanismos de memoria cualitativamente diferentes.

La existencia de dos estructuras de memoria, a corto y largo plazo, reciben el nombre de hipótesis dual de la memoria. Pero, ¿qué es exactamente la memoria a corto plazo? Esta puede definirse como ‘aquel mecanismo de memoria que nos permite retener una cantidad limitada de información, durante un periodo corto de tiempo’.

Gracias a ella, retenemos temporalmente la información procesada, y lo hacemos tanto si luego se desvanece como si después pasa a la memoria a largo plazo.

La memoria a corto plazo presenta dos características esenciales: se trata de una capacidad limitada, y tiene una duración finita.

Memoria de trabajo y la memoria a corto plazo: ¿en qué se diferencian?

Ahora que ya hemos conocido qué es cada uno de estos tipos de memoria, vamos a indagar un poco más en ellos, a través de las principales diferencias entre la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo.

1. Definición y características

Una de las diferencias entre la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo tiene que ver con cada una de sus definiciones. Como hemos visto, se trata de dos conceptos diferentes. Así, la memoria de trabajo es considerada para algunos autores (como Baddeley) un tipo de memoria a corto plazo. Es una memoria que sigue un criterio más funcional, ya que se centra en su función.

Y es que esta memoria no es otra que la capacidad para mantener información en la mente de forma temporal, y de manipularla para beneficiar nuestro aprendizaje o desarrollar con mayor efectividad la tarea que estamos llevando a cabo.

Por su parte, en la definición de la memoria a corto plazo el criterio no es funcional, sino temporal; es aquella capacidad que nos permite almacenar y recordar sucesos que acaban de ocurrir. De hecho, sucesos sumamente recientes (que hace segundos que han ocurrido).

Y es que este tipo de memoria nos permite mantener la información activa en nuestra mente tan solo durante unos 30 o 40 segundos.

2. Relación o influencia en otros procesos

La memoria de trabajo interviene en otros procesos cognitivos complejos, como la comprensión del lenguaje, la lectura o el razonamiento. Y es que fomenta o ayuda a que estos puedan producirse, ya que nos ayuda a utilizar y a gestionar información de diferentes fuentes para posteriormente utilizarla en los procesos ya mencionados.

En cambio, la memoria de trabajo no interviene tanto en otros procesos mentales, ya que no es una memoria “activa”, con la que podamos manipular la información, como sería la memoria de trabajo.

3. Memoria activa vs. memoria pasiva

Podemos decir a grandes rasgos que la memoria de trabajo es una memoria activa, porque nos permite manipular y gestionar la información activa en nuestra cabeza.

En cambio, la memoria a corto plazo podría considerarse “pasiva”, ya que simplemente almacena la información. Pero no “hace nada con ella”; como mucho, la transfiere a la memoria a largo plazo.

Así, la naturaleza de cada una de estas memorias sería otra de las diferencias entre la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo.

4. Funciones

Mientras que la memoria de trabajo, o memoria operativa, se encarga de procesar la información reciente y de mantenerla temporalmente en nuestro “espacio mental”. La memoria a corto plazo sería un “almacén” muy breve de información.

De esta forma, esta segunda almacena temporalmente los recuerdos, pero no hace nada con ellos, como hemos visto en el punto anterior. Por otro lado, la memoria de trabajo también se encarga de elaborar y manipular la información que está siendo tratada por otros sistemas o procesos cognitivos superiores.

Hemos conocido algunas de las diferencias más relevantes entre una y otra memoria. Cada una de ellas cumpliría una función. A grandes rasgos, podemos decir que una es el “almacén” de recuerdos (memoria a corto plazo), mientras que la otra se encarga de manipular la información y de utilizarla para fines específicos.

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