Algunas personas necesitan casi una hora para sentir que están despiertas, pero hay otras que al minuto de sonar el despertador ya se sienten totalmente activas. Cada uno tiene una capacidad distinta para despertar por la mañana y, aunque se someta a la misma rutina que otra, sigue necesitando un tiempo propio a la hora de empezar el día.
Este tiempo para activarse suele verse afectado por la llamada inercia del sueño que provoca la no siempre agradable sensación de estar todavía medio dormido a pesar de ya encontrarse en el transporte público, tras la ducha o trabajando.
Se han realizado muchos estudios al respecto. En ellos se ha analizado la capacidad de cada persona tras despertar y el tiempo que ha requerido para realizar alguna tarea que demostrase que se encontraba totalmente despejado. Uno de ellos fue en la Universidad de California y se realizó con 34 participantes.
Los participantes en el estudio de enfrentaron a la desagradable situación de tener que resolver un problema matemático nada más despertarse. La media de tiempo que tardaron fue de 25 minutos en dar con la solución. Pero tenemos malas noticias al respecto.
Tal como informan en La Sexta, no funciona ninguno de los trucos habituales para acelerar el proceso. Las duchas, por ejemplo, no atenúan la inercia del sueño, mientras que el café tarda también en hacer efecto. Es el propio ritmo del cuerpo el que marca los tiempos que se necesitan y puede haber gran diferencia entre las personas.
No queda otra opción que armarse de paciencia si estás con alguien que parece activo al par de minutos de levantarse y tú todavía estás mirando al vacío. Como con otros aspectos, este es personal y poco podrás hacer por mucho que lo intentes. Aunque seguro que un poco de iniciativa viene bien.
