Desde hace 90 años, cuando Wilder Penfield descubrió la relación inherente entre las señales cerebrales y la conducta del sistema inmunitario, toda una generación científica se ha dedicado a desentrañar la forma en que sienten nuestros órganos, y cómo se manifiestan hablándole al cerebro, descubriendo que los nervios que controlan el funcionamiento básico del cuerpo, también influyen en el recuerdo, las emociones y en la construcción del yo.
En la actualidad, los científicos han aportado nuevos descubrimientos que, en consonancia con las premisas de Penfield, amplían el conocimiento de la complicidad neuronal y celular, que los expertos han denominado como “comunicación bidireccional”.