Neuromarketing: ¿Cómo conocer al cliente a través del neuromarketing?

La unión entre las técnicas de mercadotecnia y la ciencia sirve para llegar al cliente a través de sus sentimientos y también para mejorar su experiencia con los datos recabados

Una pantalla registra los parámetros faciales de un potencial viajero que está sentado en un sillón respondiendo a las imágenes que recibe: deportes de riesgo, dunas de arena blanca, playas paradisíacas. Al final del proceso, el sistema que ha recopilado todas sus reacciones le entrega un trozo de papel que dice: “El destino que más se adecúa a sus preferencias es…”.


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Esta tecnología, conocida como codificación facial, que ya ha llevado a la práctica TUI a través de su programa ‘Destinations U’, se enmarca en el neuromarketing, una serie de técnicas que unen la mercadotecnia con la ciencia y que tendrán cada vez más importancia en la industria de los viajes.

El neuromarketing ayuda a conocer al cliente a través de técnicas de medición que estudian sus percepciones emocionales y permite desarrollar herramientas que conecten directamente con el target de nuestra agencia.

En este artículo, repasamos cuatro técnicas de neuromarketing, muy relacionadas con la recopilación de datos, que ya están marcando tendencia en 2019.

Apelar a los sentimientos

Una buena campaña promocional ya no se limita a mostrar las cualidades del producto, sino que apela directamente a los sentimientos. El sector turístico es uno de los más proclives a relacionar un viaje con una serie de emociones porque, al fin y al cabo, no se trata de un bien tangible, sino de una experiencia.

La felicidad, la pasión o el amor, son algunos de los sentimientos que más habitualmente se relacionan con los viajes, pero también hay otros como el de pertenencia, que puede estar relacionado con un club selecto –como el de los que disfrutan sus vacaciones jugando al golf en Cuba– o con una generación –los millennials que viajan buscando lugares instagrameables–.

En ambos casos, las encuestas de satisfacción o los comentarios en las redes sociales, permiten obtener un feedback que, aplicado al día a día de una agencia de viajes, por ejemplo, sirve para ofrecer un determinado producto en función del tipo de cliente.

Experiencia de usuario

Una buena experiencia de compra del usuario con una determinada marca es fundamental para fidelizarlo y mejorar la percepción que tiene con la marca, ya que un consumidor siempre recuerda si se han cumplido sus expectativas o no.

Los datos que se obtienen a través del neuromarketing son el único camino real para mejorar las experiencias de compra del usuario ya sea en una web o en una tienda física.

El neuromarketing es el único camino efectivo real para mejorar la experiencia de usuario de los clientes, tanto en una tienda física, como en la navegación por una página web o en el consumo de un producto o servicio.

Con las técnicas de neuromarketing se puede llegar a conocer la opinión que tienen los clientes de una marca, extraer sus emociones y utilizarlas para mejorar la percepción del producto.

Las máquinas aprenden

Un chatbot cumple varias funciones, la más conocida es responder las preguntas más habituales de un cliente. Pero, contestando a las dudas del usuario, también recaba información que puede servir después –siempre respetando la Ley de Protección de Datos– para personalizar los servicios que ofrecemos.

La obtención de datos, su análisis y la detección de patrones que se adelanten a las necesidades de los clientes es una de las tendencias más destacadas relacionadas con el neuromarketing y no cabe duda de que marcará el futuro de la industria.

Pero ojo, es necesaria una inversión importante y, tal y como explicaba el director de la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y Tecnologías Turísticas (Segittur), Enrique Martínez, a este medio, conviene “saber qué problema en concreto se quiere resolver” antes de pagar por datos que quizá no sean tan útiles como parecían en principio.

El Internet de las Cosas

La conexión de los objetos cotidianos con Internet es ya una realidad y ha cambiado la forma de interactuar con nuestro entorno. En los hoteles, por ejemplo, está revolucionando la personalización del usuario en aspectos como la calefacción, la iluminación o la seguridad.

Otro ejemplo de Internet de las Cosas aplicado al turismo es la ‘magic band’ de Disneyland Orlando, una pulsera que el visitante utiliza para ingresar al parque, desbloquear la habitación del hotel, comprar comida y acceder a las experiencias que previamente seleccionó online para acceder a través del FastPass.

Al igual que un chatbot, el Internet de las Cosas da un valor añadido y acerca la tecnología de forma sencilla al usuario, pero también proporciona numerosos datos que sirven para mejorar enormemente la experiencia del cliente.

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