Neuromarketing: Así se comporta el cerebro ante las amenazas más cercanas

Mujer vestida de rosado, con la boca abierta

Investigadores de la Universidad de Duke (Estados Unidos) han comprobado la manera diferente en la que se comporta el cerebro en función de la distancia a la que está algo que le amenaza.

Así, el cerebro maneja una amenaza percibida de forma diferente dependiendo de lo cerca que esté. Si está lejos, el cerebro usa las áreas dedicadas a resolver problemas, pero si está próxima, como, por ejemplo, en el caso de un susto, los instintos animales entran en acción y no hay tanto razonamiento.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

En su estudio, publicado en la revista científica ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, los científicos estadounidenses se sirvieron de la realidad virtual para hacer que las amenazas aparecieran con mayor o menor cercanía.

Realidad virtual y escaneo cerebral

Así, se puso a los sujetos de la investigación en un entorno de realidad virtual tridimensional mientras sus cerebros eran escaneados por resonancia magnética y los investigadores pudieron ver cómo difieren los circuitos de esas respuestas cerebrales.

Se ha demostrado que los eventos traumáticos que tocan el cuerpo, como una violación y otras agresiones físicas, están más fuertemente asociados con el trastorno de estrés postraumático que los traumas vistos a cierta distancia.

«Clínicamente, las personas que desarrollan trastornos de estrés postraumático tienen más probabilidades de haber experimentado amenazas que invadieron su espacio personal, asaltos o violaciones o de presenciar un crimen a una distancia cercana. Son las personas que tienden a desarrollar esta memoria de amenaza duradera«, explica Kevin LaBar, profesor de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Duke y autor del estudio. «Nunca habíamos podido estudiar eso en el laboratorio porque tenías una distancia fija a la pantalla del ordenador».

Hasta ahora. Con el entorno de realidad virtual, «los personajes amenazantes salían de la pantalla e invadían tu espacio personal mientras navegabas por este mundo virtual, o estaban más lejos», añade LaBar.

Circuitos de supervivencia

En el experimento, se puso a 49 sujetos en una vista en primera persona que les hizo moverse por un callejón oscuro o por una calle más brillante y arbolada mientras que estaban tumbados y se les escaneaba el cerebro. El primer día de la prueba, los sujetos recibieron una leve conmoción cuando apareció el «avatar de la amenaza», a dos o tres metros de distancia, pero no cuando vieron el «avatar seguro» a la misma distancia.

Los datos mostraron que las amenazas cercanas eran más espantosas y que se activaban los «circuitos de supervivencia» límbicos y del cerebro medio, de una forma que las amenazas más lejanas no hacían. «En el segundo día, obtuvimos el restablecimiento del miedo, tanto para las amenazas cercanas como para las lejanas, pero fue más fuerte para la amenaza cercana», dijo LaBar.

Las amenazas cercanas que afectaban a los circuitos de supervivencia también resultaron ser más difíciles de extinguir cuando ya no producían conmociones. Las amenazas más lejanas que involucraban más pensamiento de orden superior en la corteza eran más fáciles de extinguir. Las amenazas cercanas afectaban al cerebelo, y la persistencia de esta señal predecía cuánto miedo se restablecía al día siguiente, explica LaBar. «Es la corteza evolutivamente más antigua».

Las amenazas más distantes mostraron una mayor conectividad entre la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal medial ventral y las áreas de la corteza relacionadas con la planificación compleja y el procesamiento visual, áreas que, según los investigadores, están más relacionadas con el pensamiento para escapar de una situación y la superación de la misma.

Entender la respuesta del cerebro al trauma a este nivel podría apuntar a nuevas terapias para el trastorno de estrés postraumático, afirma LaBar en declaraciones a la web de Duke. «Creemos que el cerebelo podría ser un lugar interesante para intervenir», concluye LaBar. «Clínicamente, es un nuevo objetivo de intervención. Si puedes deshacerte de alguna manera de esa persistente representación de amenaza en el cerebelo, podrías ser menos propenso a reintegrar el miedo más adelante».

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉