La Neurocomunicación para darle poder a la imagen personal. Según publica el portal escoeuniversitas.com En el ámbito de la comunicación, a menudo se pasa por alto el papel fundamental que juega la apariencia personal. Sin embargo, comprender los conceptos de Neurocomunicación y el poder de la imagen personal puede marcar la diferencia en nuestras habilidades comunicativas.
Cuando nos dirigimos al público, ya sea representando a una organización o a nosotros mismos, somos nosotros quienes captamos la atención de los demás. Antes incluso de abrir la boca para hablar, los demás ya han hecho suposiciones sobre nosotros, tanto consciente como inconscientemente.
La Neurocomunicación nos enseña que esto ocurre porque nuestro cerebro está programado para juzgar rápidamente las apariencias. En los tiempos primitivos, esta habilidad era crucial para detectar posibles peligros. Nuestro cerebro primitivo aún conserva esta capacidad, aunque ahora se ve influenciado por nuestras experiencias y percepciones individuales. Por ejemplo, una persona desaliñada puede ser inconscientemente asociada con un estilo de vida poco cuidado o con el estereotipo de un «hippie». Por otro lado, una persona vestida elegante y con corbata puede ser percibida inconscientemente como alguien importante o relacionado con el mundo de los negocios.
Modificar o confirmar esta primera impresión requiere un proceso consciente de razonamiento y conocimiento más profundo, que involucra la corteza prefrontal del cerebro. Sin embargo, la primera impresión ya ha dejado su huella emocional en el cerebro, lo que dificulta su modificación.
Por esta razón, las primeras impresiones son cruciales y pueden estar basadas en actitudes, gestos y vestimenta. El impacto visual es igualmente importante que el impacto verbal. Las personas rápidamente hacen suposiciones sobre nosotros basadas en nuestra apariencia personal, incluyendo nuestras expresiones faciales, la ropa que llevamos, nuestro aspecto general y nuestro lenguaje corporal.
A continuación, se presentan algunas claves sobre la Neurocomunicación y el poder de la imagen personal:
Ropa y aseo: La elección de la ropa y el cuidado personal son elementos obvios pero importantes de la apariencia personal. No hay una regla específica para cada situación, pero siempre habrá personas dispuestas a señalar si cometemos errores en este aspecto. Por lo tanto, es importante hacerse dos preguntas: ¿Qué tipo de imagen externa es apropiada para la organización que represento? ¿Qué imagen encajará con el evento, lugar o persona con la que me encontraré? La respuesta a estas preguntas depende de cada individuo. Algunas organizaciones permiten un código de vestimenta más casual, especialmente en la industria tecnológica, mientras que otras esperan un aspecto más elegante y formal, especialmente en eventos externos. La ropa también puede transmitir un mensaje de accesibilidad, afectando la percepción de los demás sobre nuestra franqueza o distancia emocional.
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Expresiones faciales: Aunque no podemos cambiar nuestra cara, sí podemos controlar la expresión que transmitimos. Cuando nos dirigimos al público, es importante transmitir interés y entusiasmo, incluso si no nos sentimos así en ese momento. Debemos esforzarnos por parecer optimistas, confiados y amigables. Además, nuestras expresiones faciales deben reflejar nuestro dominio del tema del que estamos hablando. Incluso el simple hecho de comportarnos como si estuviéramos confiados puede ayudarnos a sentirnos más seguros.
No confíes demasiado en el espejo: La imagen que vemos en el espejo no es necesariamente la misma que los demás perciben. Cambiamos nuestra expresión de forma inconsciente cuando nos miramos al espejo, lo que puede llevar a sentirnos incómodos al ver una fotografía tomada por sorpresa. La verdadera imagen que proyectamos es aquella que reflejamos en nuestra vida cotidiana, cuando interactuamos con los demás de manera espontánea.
Lenguaje corporal: Comprender el lenguaje corporal es fundamental para una buena presentación personal. Nuestra imagen física debe respaldar y mejorar lo que estamos comunicando verbalmente. Si existe una discrepancia entre nuestra imagen visual y nuestro mensaje hablado, el cerebro de nuestros interlocutores dará más importancia a la comunicación no verbal. Nuestra postura, gestos y expresiones faciales dicen mucho más sobre nosotros y cómo nos sentimos en un momento dado que las palabras que usamos. Es importante ser conscientes de nuestro lenguaje corporal y de cómo nos comportamos bajo presión, ya que esto puede afectar la forma en que nos perciben los demás.
En resumen, la Neurocomunicación y el poder de la imagen personal juegan un papel crucial en nuestras habilidades de comunicación. Nuestra apariencia personal, incluyendo la ropa que usamos, nuestras expresiones faciales y nuestro lenguaje corporal, pueden influir en cómo nos perciben los demás y en cómo nos ven como individuos o representantes de una organización. Entender y utilizar estos conceptos nos permitirá mejorar nuestra imagen y tener un impacto positivo en nuestras interacciones y presentaciones.
