La neurociencia, un elemento esencial para alcanzar el liderazgo

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Según publica el portal Perfil El mundo se manifiesta más volátil, incierto, complejo y ambiguo que nunca. La pandemia ha llevado estas características a su máxima expresión.  Este contexto genera impacto tanto en los negocios como en las personas. Y los líderes deben asegurar la supervivencia del negocio y, simultáneamente, cuidar de su gente. Cuidar el bienestar de las personas afecta el bottom line.

Pensemos en una institución de salud que recibe continuamente pacientes graves de Covid, donde por falta de especialistas en terapia intensiva, los que hay, están trabajando en demasía. O pensemos en una empresa que está transitando una fusión. Pero, sin ir a ejemplos extremos, pensemos simplemente en una empresa en la que hay que cumplir objetivos de venta desafiantes. ¿Cómo están las personas? ¿Podemos hacer algo para mejorar su bienestar? ¿Qué nos aportan las neurociencias a este respecto?


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Gracias a las neurociencias se puede establecer el vínculo entre bienestar y desempeño. A las organizaciones que tienen alta performance no solo les importa el qué y el para qué, también les importa el cómo.

El cerebro humano es un órgano social. El cerebro está cableado para evitar las amenazas sociales y buscar las recompensas sociales. El liderazgo es una actividad social, de modo que resulta crucial vincular el liderazgo con el funcionamiento del cerebro para que pueda ser más efectivo. Es interesante entender que el dolor físico y el dolor social comparten el mismo circuito neural, es decir, se activan las mismas partes del cerebro si alguien me pega una trompada que si alguien se burla de mí. Pensemos entonces en los efectos que pueden tener en el cerebro de nuestros colegas o colaboradores o jefes nuestros dichos o acciones.

Una de las herramientas diseñadas a partir de la comprensión del funcionamiento del cerebro es el modelo SCARF (David Rock, 2008,2012) o SCARE por sus siglas en castellano. El modelo SCARE nos habla de: S – status, C – certidumbre, A – autonomía, R – Relaciones, E – Equidad. Este modelo está basado en el cableado que mencionamos previamente, evitar las amenazas sociales y buscar las recompensas. Rock vincula cada uno de los dominios del SCARE con una activación de partes específicas del cerebro.

Status: la percepción de pérdida de status genera una fuerte respuesta a una amenaza. Inversamente, la percepción de un aumento del status activa el circuito de recompensa.

Certidumbre: el cerebro es una máquina de predecir el futuro cercano. Sin certidumbre, consume una enorme cantidad de recursos en el esfuerzo de predicción. Este consumo de energía, hace que las personas pierdan el foco en sus objetivos. Por ejemplo, no conocer las expectativas que se tienen sobre nuestros trabajos es muy debilitante.

Autonomía: se vincula con la percepción de ejercer control sobre el entorno. Es la sensación de tener opciones. La reducción de la autonomía puede ser percibida como una amenaza.

Relaciones: significa decidir si otros están dentro o fuera del grupo. Está muy relacionado con la confianza. Se confía en los que pertenecen al propio grupo. A mayor confianza, mayor colaboración entre las personas

Equidad: la inequidad es percibida como amenaza y genera hostilidad y desconfianza. La percepción de la existencia de “favoritos” mina la confianza y la colaboración.

Entonces, estimado lector,  cómo líder, ¿qué puede usted hacer para incrementar la percepción de recompensa en cada una de estas dimensiones?

Hemos presentado una herramienta concreta  para potenciar la capacidad de liderazgo, derivada de las neurociencias. En la práctica, las neurociencias nos pueden ayudar en múltiples frentes, por ejemplo, a tener auto-conciencia sobre nuestras acciones e incrementar nuestra efectividad personal a través del conocimiento del funcionamiento del cerebro; a desarrollar nuevas miradas para gestionar el cambio; utilizar los insights sobre cómo aprende el cerebro, cómo genera recuerdos y cómo responde a las emociones para diseñar e implementar capacitación, entre otras cosas. En definitiva, las neurociencias nos pueden ayudar a ser mejores líderes y mejores compañeros.

Alejandra Falco es Directora del MBA y Directora del Centro de Estudios en Neuromanagement (UCEMA)

Daniel Galiani es Director de Gestión Corporativa en la Escuela de Negocios (UCEMA)

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